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FERNANDO MIÑANA
Martes, 8 de noviembre 2011, 12:19
Josep Bestit (Barcelona, 1938) aparece hecho un pincel entre los cuadros que expone en el Ateneo. El artista de 73 años habla con la pasión de un adolescente. Bestit podría charlar horas y horas sobre su obra pictórica, sobre sus exposiciones en Cataluña o en Francia, y, por supuesto, de los 'castellers', a quienes conoció, casi por casualidad, hace más de 30 años en Vilanova i la Geltrú.
El movimiento 'casteller' le atrapó y ya nunca lo soltó. Con el paso de los años, fruto de esta intensa relación, Bestit llegó a ser etiquetado como el 'pintor dels castellers'. Su punto de arranque fue la exposición denominada 'Homenatge als castellers' (1978) en la casa Batlló del paseig de Gracia, todo un acontecimiento en la Barcelona de la Transición. Pero no se quedó ahí. Hombre culto, Bestit no se limitó a pincelar esta parte de la cultura catalana. El artista leyó, investigó y departió con diversos historiadores.
Semanas después de aquella inauguración tan sonada, la exposición llegó a Vilafranca del Penedes. Era la Diada de San Félix, en agosto, y allí contempló por primera vez una muixeranga de Algemesí. Aquel día vio con sus propios ojos los ancestros de los 'castellers'. «Encontré en los libros de historia que el origen de los castellers está en Valencia. Los valencianos que, entre el siglo XVII y el XVIII, viajaban al norte de España a llevar sus mercancias, productos únicos y de gran calidad, cruzaban Tarragona y Valls, y allí cayeron muy bien sus costumbres, entre las que estaban los 'balls dels valencians', una danza con antorchas que reproducía el movimiento de una serpiente y que acababa con una torreta, un castell».
En Tarragona no tardaron en calar los bailes de los valencianos. Hasta que el carácter de sus gentes, que valoraba más la altura y la competición entre las collas que el baile, hizo que los 'balls' derivasen en los 'castells' que cogieron fuerza en Tarragona, Valls, El Vendrell y Vilafranca.
Bestit se complace de esta influencia y asegura que en Cataluña nadie se rasga las vestiduras por ser una reminiscencia de la cultura valenciana. «A mí me parece una demostración de 'germanor', la influencia entre dos pueblos vecinos. Así ha sido siempre, por eso dedico esta exposición del Ateneo ('Mediterrani') al Corredor Mediterráneo».
El pintor dels castellers va un poco más allá. «Creo que la muixeranga debería sentirse incluida en el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que la Unesco hizo de los castellers». Un gesto loable, pero seguro que poco convincente para los vecinos de Algemesí, que llevan tiempo reclamando también la distinción de la muixeranga como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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