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L. SORIANO
Viernes, 11 de noviembre 2011, 09:02
El Tribunal de las Aguas de Valencia una vez más ha hecho historia. Esta vez, por imponer la blusa de honor de la institución a una mujer: Pilar Ortiz. Esta valenciana de 64 años es presidenta de la Comunidad de Regantes de Caudiel (Alto Palancia). «Para mí esto es muy grande. Soy consciente de que se ha reconocido mi labor y he hecho historia, porque soy la primera mujer de la comunidad de Regantes de Caudiel y creo que de la primera de toda la Comunitat», confiesa emocionada Pilar Ortiz.
Nada más terminar el acto oficial Pilar envió un mensaje al nuevo Gobierno que salga de las urnas el 20-N. «Que el próximo Gobierno luche para que el campo valenciano esté lleno de vida, no vacíos y que apoyen a los agricultores».
Pilar detalla que es presidenta «desde hace ocho años. No había nadie que quisiera entrar, fui a la asamblea después de convencer a mi marido, presenté mi candidatura y me votaron. Además tengo a una mujer como vicepresidenta, Gloria Nebot. Su padre José ya fue vicepresidente».
Dice que no se imaginaba que iba a alcanzar este reconocimiento. «Mi único afán ha sido arreglar el tema del agua en Caudiel, que no se desperdicie y que las acequias estén en condiciones. Tengo que decir que he aprendido mucho del Tribunal de las Aguas, a la hora de aplicar las decisiones con firmeza y de saber discernir lo que es justo y lo que no».
Ayer también fue un día muy especial para Carlos Nácher, que fue nombrado de forma oficial alguacil del Tribunal de las Aguas. Tiene 46 años y es guarda de Rovella.
Desde julio estaba sustituyendo al anterior alguacil, Paco Roca, por encontrarse este convaleciente y tras su fallecimiento, había seguido con la suplencia. «Es para mí un honor representar a la figura del alguacil en este tribunal Patrimonio de la Humanidad», indicó.
Nácher conoce de forma muy directa el funcionamiento de la institución porque es hijo del expresidente de la entidad, Vicente Nácher. «Los que toman decisiones son los síndics, pero como voy vestido de forma diferente y voy nombrado cada una de las acequias para ver si hay denuncias, soy el más fotografiado por los turistas».
Entre sus funciones figura coordinar el montaje y desmontaje del escenario donde se celebra el juicio, proporciona las blusas a los síndics, preside la comitiva entre la Casa Vestuario y la Puerta de los Apóstoles y ordena el desarrollo del juicio. Nácher detalla que últimamente «tratamos tres o cuatro casos al año, pero años atrás llegaban a haber entre diez o quince».
También indica que los extranjeros preguntan por qué dura tan poco. Y tienes que explicar que dependen de las denuncias. No se trata de representar ficticiamente».
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