«Acabaremos con la cultura de la subvención»

Con los piratas puño de hierro. Con los mecenas guante de seda. El flamante ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert Ortega, hizo una nítida declaración de intenciones en la toma de posesión de su 'contramaestre' en Cultura, José María Lassalle, que ayer prometió su cargo al frente de la Secretaría de Estado de Cultura.

Lassalle se limitó a prometer «sensatez y diálogo» y a ceder la palabra a su jefe, que estuvo mucho más locuaz que en su propia toma de posesión la semana pasada. Wert dejó claro que «la cartera de Cultura no desaparece», aunque tenga nivel de Secretaría de Estado. Declaró entre sus prioridades «acabar con la cultura de la subvención» y anunció «novedades» en la legislación contra las descargas ilegales y en la regulación del mecenazgo.

José Ignacio Wert, que se mostró la semana pasada dispuesto a «enfriar la patata caliente» de la ley Sinde, está decidido a actuar «con decisión» contra los piratas, esto es, «contra quienes se lucran indebidamente del trabajo intelectual y creativo de otros», advirtiendo que no cargará el peso de la ley contra aquellos que «simplemente se aprovechan de la tecnología y de las posibilidades que esas redes lucrativas crean».

«Nadie respetará la cultura de un país que lidera la clasificación internacional de la piratería y las descargas ilegales» dijo Wert en un abarrotado salón de columnas de la Casa de las siete chimeneas, la histórica sede de Cultura. Anunció el ministro que habrá pronto «novedades» sobre la protección del derecho de la propiedad intelectual.

«Ninguno de los objetivos que nos hemos planteado para hacer de la cultura un elemento de dinamización económica que tanto necesitamos es compatible con la existencia de agujeros regulatorios que permitan la desprotección de la propiedad intelectual y el expolio de los creadores culturales» precisó. «Lo vamos a hacer, y nada ni nadie nos va a arredrar» agregó en tono grave. No quiso el ministro descender al detalle, lo que hará en su próxima comparecencia, a petición propia, en el Congreso, para explicar las líneas maestras de su gestión.

Entre esas prioridades, un cambio radical, ya que Wert anunció que su departamento «no va a acabar con las subvenciones a la cultura , pero sí con la cultura de la subvención». En la misma línea se refirió a la nueva regulación legal del mecenazgo, asunto que llevará al Congreso «con la máxima urgencia», al inicio del curso parlamentario «para que la sociedad recupere su protagonismo en la cultura».

Para José Ignacio Wert, el Estado «no es un fabricante de cultura», y sí «un depositario y dinamizador».

«El Estado no es el propietario de la cultura», insistió, «pero sí el responsable de que crezca y pase a las siguientes generaciones en las mejores condiciones». Así, la mejora en la protección de ese patrimonio mediante una regulación específica, la promoción integral de la propiedad intelectual y la incorporación de las industrias culturales al entorno digital serán objetivos prioritarios en la gestión de Wert , que apuesta también por la «excelencia de las instituciones culturales» y por conceder «protagonismo a los creadores».

Ni Wert ni Lassalle hablaron explícitamente de recortes, aunque el ministro planteó la necesidad de «simplificar» y «explorar las sinergias» en todas las áreas de la Administración para «aprovechar unos recursos limitados». Más teniendo en cuenta que en Cultura las competencias pertenecen en su mayoría en las Comunidades Autónomas, a las que se refirió como «componentes esenciales de la marca España» y agentes de «cohesión».