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J. C. F.
Viernes, 13 de enero 2012, 08:42
Toni Cantó se convirtió el miércoles en uno de esos políticos incapaces de medir las consecuencias de sus actos. El actor y diputado en el Congreso de UPyD se convirtió en el centro de todas las críticas después de elogiar y retwittear un vídeo-montaje en el que se veía cómo un misil hacía estallar las instalaciones del ente público RTVV en Burjassot. Con un ERE a la vuelta de la esquina, la pretendida gracieta del parlamentario valenciano indignó a la inmensa mayoría de trabajadores del ente público y a la propia dirección de RTVV, que exigió una disculpa inmediata.
La actitud de Cantó resulta más censurable si cabe -bromear con una bomba, además de irresponsable, no tiene ninguna justificación- por cuanto que hace aproximadamente una década mantuvo una vinculación laboral con el ente público RTVV, y como consecuencia de la misma cobró 134.554,59 euros. Una cifra estimable, máxime si se tiene en cuenta que la labor profesional desempeñada por el ahora diputado, y por la que percibió esa cantidad, apenas sí se prolongó durante cinco meses.
Cantó presentó entre diciembre de 2002 y abril de 2003 el espacio 'Mira, mira', uno de esos programas de cámara oculta en los que el actor valenciano desempeñaba funciones de presentador y realizaba pequeñas entrevistas a algunos de los concursantes. Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, en total de se emitieron 19 programas, por los que Cantó percibió 6.971,74 euros brutos (6.010 netos). A esos 19 programas hay que añadir un ensayo previo al inicio de la temporada, por el que facturó al ente público 2.091,53 euros. La suma de lo percibido supera los 134.000 euros.
La grabación del 'Mira, mira' se prolongaba por espacio de tres días cada programa. Es decir, Cantó percibía 2.000 euros 'limpios' por jornada de grabación. Los 134.000 euros ganados en cinco meses superan ampliamente el sueldo del director general de RTVV en aquella fecha -fijado en 70.000 euros-. Y resulta, por sonrojante, incomparable con el que ahora percibe José López Jaraba, y que se queda en 57.000 euros.
La relación de Cantó con el ente público con el que el miércoles se permitió el lujo de bromear con un vídeo que simula un ataque de un misil incluye también una colaboración, pactada a mediados de 2010, por la que el actor valenciano intervendría desde su domicilio de Torrelodones como colaborador del espacio 'Coses que pasen' de Ràdio Nou. Para ello, la radio autonómica instaló una línea RDSI que hiciera posible la intervención en directo en el programa de Cantó. Cinco meses después, Ràdio Nou desmontaba la mencionada línea -la instalación costó 300 euros- después de que el actor hubiera excusado semana tras semanas su participación en el programa por razones relacionadas con su profesión artística.
Las críticas de Cantó hacia el ente público se volvieron especialmente visibles durante la pasada campaña electoral. En diversos espacios, y también a través de su twitter, el candidato de UPyD llegó incluso a proclamarse poco menos que maltratado por el ente público, después de quedar fuera de los debates electorales de la campaña del 20-N (el criterio que se utilizó fue el de dejar participar a los partidos con representación en el arco parlamentario valenciano).
Sin embargo, el ya diputado de UPyD sí que tuvo la oportunidad, en dos ocasiones en Canal 9 y en una tercera en la radio autonómica, de ser entrevistado. El 25 de octubre, poco antes de comenzar la campaña electoral, Cantó fue entrevistado en TVV. Y el 15 de diciembre, en vísperas de la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, volvió a sentarse ante las cámaras de Canal 9. En Ràdio Nou estuvo el 22 de noviembre, es decir, el martes después de las elecciones que le convirtieron en diputado electo.
Ayer, preguntado por Europa Press por la polémica con el vídeo-montaje, Cantó señaló: «Lo que pasó ayer (por el miércoles) con mi twitt me parece tan desproporcionado como la deuda y la plantilla de Canal 9» sentenció. Cantó rehusó pronunciarse ante la pregunta de si entendía en enfado de los trabajadores de la cadena. «No te voy a decir más. Creo que esa frase lo dice todo», concluyó.
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