El edificio carece de vigilantes y de medidas básicas de seguridad
M.C.S.
Martes, 24 de enero 2012, 01:27
«Esto se veía venir». La resignada sentencia que ayer dictó ante los medios el presidente de la Audiencia Provincial, Vicente Magro, no es más que la constatación de lo inevitable. El edificio incumple la normativa básica de seguridad en materia de prevención de incendios. Carece, por ejemplo, de sistemas de detección y la instalación eléctrica es obsoleta.
Un informe interno ya alertó en 2007 de los graves riesgos que entrañaba ese sistema. De hecho, el centro de transformación eléctrica se diseñó para 125 voltios, cuando el papel y las máquinas de escribir no habían dejado paso aún a los ordenadores, las impresoras y las modernas fotocopiadoras. El peligro para los trabajadores es más que evidente. De hecho, ayer Magro se preguntó qué es lo que hubiera ocurrido de desatarse las llamas en plena jornada laboral.
El magistrado recordó que este es el tercer incendio que se registra en las dependencias. «Somos la institución que tiene una mayor tasa de siniestralidad en España», dijo. El primero, en 1985, fue intencionado y devastó cientos de expedientes que los incendiarios acumularon antes en una pila.El segundo, en abril de 2010, destruyó 150 sumarios en la sede penal desplazada en Elche, la sección séptima. También fue intencionado, pero la autoría de las llamas sigue sin esclarecerse. Nadie ha sido detenido ni imputado.
No por fortuito, el fuego de ayer era menos previsible. La sobrecarga de la red eléctrica, con continuas alteraciones de tensión que provocan periódicos apagones, sigue sin resolverse.
El edificio no pasa revisiones y carece de vigilancia nocturna. Las salidas de emergencia no son tales o no están señalizadas.
Dichas deficiencias han sido advertidas en los últimos años por el Tribunal Superior de Justicia, la propia Audiencia, los sindicatos y la Fiscalía, sin que el Consell actuara para corregirlas.
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