Helga Schmidt admite que la crisis obliga a incluir conciertos de pop en el Palau de les Arts

Como aún no se pudo establecer si fue antes el huevo o la gallina, tampoco es posible afirmar a ciencia cierta si el discurso de la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, cambió o se lo han cambiado. Quizá es ella la que muestra las lentejas, si quieres las comes y si no las dejas; o quizá (un supuesto más probable) ha sido en el Palau de la Generalitat donde se cocinaron las legumbres y se las han dado de comer a la responsable del coliseo operístico. Schmidt presentó ayer el menú y lo defendió. Donde dijo 'digo' dice 'Diego', por convencimiento o imposición. Aquello a lo que no se quiso abrir puertas, ahora se abren de par en par. A «todas las músicas», según Schmidt, quien dio la bienvenida («wilkommen, bienvenue, welcome», cantaba Joel Grey en su papel de maestro de ceremonías en 'Cabaret') a los conciertos pop, a las bandas y hasta a los musicales.

Cuando Alejandro Font de Mora cedió los trastos de Cultura a Trini Miró, allá por 2007, le dio un consejo: «Con Schmidt no te metas; al final, siempre se sale con la suya». La ex consellera lo comprobó cuando le propuso ciclos de zarzuela o, ya en la recta final de la legislatura pasada, la presencia de las bandas de música de la Comunitat. Nones, rebatió Schmidt, que contaba con los máximos avales en la Generalitat. El escudo, no obstante, se resquebrajó el año pasado. La actual consellera de Cultura, Lola Johnson, ya logró antes del verano que Schmidt cediese. A principios de julio, se anunció que los músicos de las bandas tocarían en Les Arts. A mediados de ese mismo mes, una semana después de la dimisión del ex presidente Camps, Schmidt compareció ante la prensa para presentar la programación de esta temporada. No volvió a convocar a los medios de comunicación hasta ayer, con discurso renovado y para presentar el Festival del Mediterrani.

Desde la Generalitat se confirma que la intendente «ha cambiado el chip». Schmidt venía del Covent Garden londinese. Al fin y al cabo, para su primera temporada en el Palau de les Arts contó con un presupuesto, según señaló ella ayer, que casi doblaba el de este año. No obstante, la intendente quiso poner al mal tiempo buena cara y aseguró que los 16,8 millones que inyecta la Generalitat no se verán menguados.

«Me han asegurado que ese dinero no será recortado y eso nos permite trabajar con seguridad en la programación, porque deshacer y recomponer algo es más difícil que planificar una temporada sabiendo ya lo que se tiene», indicó Schmidt, quien señaló que «no podemos mirar atrás, debemos aceptar la situación económica que afecta a todo el mundo, no sólo a nosotros. Hay que vivir en el presente y no en el pasado, pero preservando la calidad y sin mediocridad».

En este mismo sentido, la intendente aseguró que el coliseo «tiene sus puertas abiertas para todos los valencianos, como siempre, porque la música es el centro del Palau de les Arts, y no sólo la ópera, la música de cámara o la sinfónica, también otras, siempre con calidad, como la música ligera. Hay que abrir horizontes y buscar un hilo conductor artístico que nos permita incluir en la programación colaboraciones con la escuela de Berklee, el Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, las bandas de música... y así hacer una programación variada y amplia». El cambio de chip es evidente, en consonancia con la crisis. De hecho, además de la actuación de Pablo Alborán el próximo 2 de marzo (se agotaron las entradas en dos horas y el Palau no descarta dar un segundo recital del malagueño), hay varios conciertos pop cerrados pero aún no desvelados y Schmidt sondea ofertas para celebrar musicales de entidad.

La intendente descartó tomar medidas similares a las del Liceo (un ERE y cancelación de programción) gracias a la rebaja en los costes salariales de sus empleados, que oscila entre el 2% y el 15%, y que la incluye a ella misma. El propio Mehta ha aceptado reducirse el caché en cerca de 100.000 euros.

El maestro indio dirigirá tres óperas y un concierto sinfónico en la quinta edición del Festival del Mediterrani. Las tres óperas del festival, cuyo lema es 'Fuegos y venenos', serán 'Il trovatore' de Verdi, 'Medea' de Luigi Cherubini (estas dos, nuevas producciones) y una versión en concierto de 'Tristan und Isolde' de Wagner. «Lo ideal sería hacerlo con una escenografía, pero mejor hacerlo en concierto que no poderlo hacer», admitió Schmidt, una opinión coincidente con la de Mehta, quien señaló que «es una pena para los directores de escena, pero la situación económica es importante y no bajar la calidad con óperas de segundo nivel».

El cartel del festival, cuyas entradas ya están a la venta, lo completará la danza, con el Ballet Nacional de España interpretando 'Ángeles caídos' y 'Suite Sevilla'.