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V. GIL
Domingo, 12 de febrero 2012, 01:06
El aeropuerto de Castellón volvió a ser ayer el escenario elegido por sindicatos, funcionarios y ciudadanos para expresar su descontento contra la política educativa y sanitaria aplicada por el Consell. Como hace dos semanas, las inmediaciones del recinto acogieron a los manifestantes movilizados contra los recortes, pero a diferencia de hace 15 días, cuando sólo acudieron unos cientos de personas a Vilanova d'Alcolea, la cita congregó a unas 3.000 personas, según fuentes sindicales, que incluso colapsaron la CV-13 durante unos minutos.
La convocatoria estaba fijada para las 11.00 horas y, puntuales, llegaron al aeródromo un total de siete autobuses, seguidos por multitud de coches de particulares. Por ello, el dispositivo de seguridad organizado desde la Subdelegación del Gobierno tuvo que ponerse pronto manos a la obra, ya que la presencia de tantos vehículos amenazaba con colapsar la zona.
Así, una vez llenos los accesos al aeropuerto -la entrada al recinto estaba vetada-, la Guardia Civil cortó el paso a la zona, por lo que los manifestantes que llegaron después tuvieron que buscar aparcamiento en otros caminos y vías de servicio. La alta concentración de personas, reunidas alrededor de la escultura de Ripollés en la rotonda de acceso, hizo que los agentes tuvieran que cortar la CV-13 durante unos 20 minutos.
Una vez establecidos los manifestantes en la zona, entre los que se encontraban multitud de representantes de grupos políticos como PSPV, Compromís y EU, la exhibición de pancartas, cánticos y consignas fue la constante durante toda la mañana. Además de los recortes del Consell en educación y sanidad, también fueron criticados los grandes proyectos del Consell, con el aeropuerto de Castellón como máximo exponente.
En esa línea se manifestaba la portavoz de CCOO en esta marcha, Xelo Valls, que calificó de «despreciable» que se «carguen los derroches de otros tiempos, en los que se gastó lo que no se tenía, sobre las espaldas de los trabajadores de los servicios públicos».
Valls puso como ejemplo de ese «derroche» el recinto de Vilanova d'Alcolea, al que, según los sindicatos, no pudieron acceder «muchas personas» por falta de aforo, por lo que tuvieron que quedarse en las inmediaciones. «Este aeropuerto es una infraestructura por la que no se ha interesado todavía ninguna compañía aérea», manifestó.
Más marchas
También en Valencia y en Alicante se organizaron ayer jornadas de protesta. En la capital del Turia, miles de personas participaron en la caminata que pasó por el puente del Assut de l'Or, frente al edificio del Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ambos obra del arquitecto Santiago Calatrava, para dirigirse al circuito urbano de Fórmula Uno, «símbolos muy claros de las fiestas del Gobierno valenciano en estos años», según UGT.
Por su parte en Alicante 5.000 personas, según los sindicatos, y 1.500, según la policía, acudieron hasta las inmediaciones de los platós cinematográficos de la Ciudad de la Luz.
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