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Un hombre se siente en una de las colchas hechas ayer por las 'Urban Knitting'. :: JUAN JOSÉ MONZÓ
Los bancos de San Valentín
Valencia

Los bancos de San Valentín

Unas treinta mujeres llevan piezas tricotadas y las unen en la misma plaza en una nueva acción del movimiento 'Urban knitting' Aficionadas al punto cubren de rojo tres asientos junto al Ayuntamiento

J. AGUADÉ

Domingo, 12 de febrero 2012, 10:38

No es una campaña de la EMT. Es la séptima acción de un grupo de mujeres que se hace llamar 'Urban Knitting Valencia' y que decidieron ayer forrar tres bancos junto a la parada del 72 en la plaza del Ayuntamiento.

Ellas no piensan en el color corporativo de los autobuses municipales, sino que sacan su vena más romántica y forran los tres asientos para que, si no hay desalmados, lleguen hasta el próximo martes cuando se celebra la fiesta de San Valentín.

Para demostrar que su intención es la de forrar con artículos de punto el mobiliario urbano, ayer dieron un paso más. El séptimo. Y dejaron dos sellos, el suyo con la firma del grupo en un corazón y muchos otros corazones de punto que también se habían traído de casa y que adornaban la céntrica plaza.

Una treintena de mujeres se juntaron ayer en el centro para ir armando los tres cubres. Cada una traía de casa sus dos pedazos y desde las once de la mañana las fueron cosiendo para armar las tres mantas que pasadas las doce de la mañana la lucían en la fría pero luminosa plaza del Ayuntamiento de la capital.

El tricotar, ellas prefieren usar la acepción inglesa de Knitting, les une. Bueno su afición y el Facebook, desde donde nació todo, y donde ya son más de doscientas personas las que se han unido al grupo de Valencia. Llegan desde toda la provincia y les une la red. «Internet ha conseguido que no nos sintamos bichos raros encontrar a personas que tienen la misma afición», decía una de las chicas.

Se lo pasan pipa. Ayer se les veía felices uniendo sus fuerzas, sus retales, y charlando. En la plaza de oía un 'runrún' y es que además de una afición es una manera infalible de hacer amigos. Es un grupo femenino. No hay duda. Ayer, cuando les preguntaron si había algún hombre entre ellas, dijeron rápidamente «Sí, está Santi y...» ...nadie más. Sólo Santi, que ayer estuvo en la plaza pero que no sacó ni una de sus creaciones. ¿Demasiado cursi? Bueno también habían otros hombres en el grupo, un padre y el hijo, y un novio que estaba haciendo méritos junto a su perfecta, pero que no parecía compartir el ocio de la novia.

A las doce de la mañana los bancos habían dejado de ser color madera y se habían pasado al rojo pasión: la pasión por el tricotar disfrazada del día de San Valentín.

¿Llegarán al martes? Pues no lo tienen nada claro. Saben que cualquiera las puede romper o se las puede llevar aunque estaban concienzudamente cosidas a los barrotes de madera. De todas formas les da igual. Lo suyo es algo efímero. Su alegría es hacerlo y juntarse a hablar, sobre todo a hablar, de sus cosas. Mientras, el padre el hijo y el novio esperan pacientes...

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