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BURGUERA ,
Viernes, 17 de febrero 2012, 11:38
Con el fin de no tropezar dos veces con la misma piedra, el Ayuntamiento de Valencia ha decidido tomar precauciones con 'El Santero de la Cofradía'. El cuadro de Sorolla robado en 2010 en la Casa Museo Benlliure vuelve a mostrarse al público desde el miércoles, tras dos años sin verse, tal y como adelantó ayer LAS PROVINCIAS. Con el fin de proteger el patrimonio y ante la probable expectación que generará la exposición del cuadro, el Consistorio ha tomado medidas adicionales y se ha colocado un chip al cuadro pintado por Joaquín Sorolla en 1913.
El Ayuntamiento anunció unas semanas después del robo que tomaría medidas para mejorar la seguridad, de modo que aumentaron los controles sobre las obras expuestas en los museos municipales y se autorizó una partida para incrementar los mecanismos contra los robos. En el caso concreto de 'El Santero', una vez se ha recuperado se ha decidido incorporarle un dispositivo que avisaría de cualquier tipo de manipulación de la obra.
En mayo de 2010, un mes después de que se produjese el robo, el entonces concejal de Patrimonio Histórico, Vicente Igual, anunció como medida novedosa que los funcionarios tendrían que inspeccionar todas las salas y rellenar después un parte de incidencias para detectar cualquier anomalía. En el caso de la pieza robada, transcurrió demasiado tiempo desde que se la llevaron hasta que el Ayuntamiento tuvo noticias de su desaparición.
La medida se ha impuesto en todos los museos y salas de exposiciones municipales.
«Hemos considerado que era necesario incoporar la seguridad más moderna, pues piezas como 'El Santero de la Cofradía' son muy codiciadas», indicó la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, Mayrén Beneyto, el pasado miércoles, cuando se disponía a colgar el cuadro en la Casa Museo Benlliure de Valencia, once meses después de recuperarlo y tras haber recibido una autorización judicial por parte del tribunal encargado de dilucidar el robo de la obra de Sorolla.
En este sentido, Beneyto, señaló que el cuadro se vuelve a exponer, pero que la autorización dada por el Juzgado de lo Penal en el que se celebrará el juicio por el robo de la obra está condicionada a que, en el momento en que se considere necesario por parte de la autoridad judicial, el Sorolla se descolgará.
Hasta la resolución definitiva
Al fin y al cabo, según la providencia dictada por la magistrada juez Marta Chumillas, el cuadro continúa en manos del Ayuntamiento de Valencia «en calidad de depósito y a disposición de este Juzgado y causa hasta que recaiga resolución definitiva».
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) ya señalaron el pasado mes de noviembre a este periódico que el juicio contra la acusada del robo se celebrará durante la primera mitad del año. Sin embargo, hasta finales de año no se planteó la posibilidad de volver a exponer el cuadro de Sorolla en la sala de la Casa Museo Benlliure de donde se sustrajo.
Por espacio de ocho meses, desde que se recuperó. La obra permaneció oculta por requerimiento de los tribunales, según fuentes municipales. Sin embargo, el pasado 28 de noviembre, Beneyto solicitó una autorización para que la obra se pudiese ver. Este mes, el Juzgado de lo Penal dio el visto bueno a esa demanda. Entre unas cosas y otras, la tablilla que Sorolla pintó y dedicó a su amigo José Benlliure ha permanecido dos años oculta, el primero en manos de la presunta autora de la sustracción, y el segundo en el interior de una caja fuerte municipal.
Cintas de vídeo
Durante las semanas posteriores al robo, los policías visionaron decenas de veces las grabaciones de las cámaras de seguridad. Observaron algo extraño. Una mujer se agachaba junto al lienzo. Una vez localizado el domicilio de la mujer, varios policías de paisano la siguieron de día y de noche. querían conocer todo sobre la vida de I. L., una escritora de 57 años de edad. Las minuciosas pesquisas de la Policía Local de Valencia posibilitaron que un grupo de agentes municipales y del Cuerpo Nacional de Policía detuviesen a la escritora y registrasen su casa el 21 de marzo del año pasado.
«Todos los días tomo medicamentos para la depresión y ansiedad, pero lo llevo bastante bien. Sólo voy al psiquiatra cada seis meses», afirmó entonces la mujer en una entrevista exclusiva con LAS PROVINCIAS. Respecto a las causas que le empujaron a robar el Sorolla, la escritora mantuvo la versión que dio a la policía durante su declaración. «Me llevé el cuadro porque estaba dolida con la justicia, pero yo no soy ninguna delincuente. Es el primer delito que cometo en mi vida», sostuvo. «Además, el lienzo no es tan valioso. Seis mil euros es su valor aproximado», añadió.
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