Las entidades benéficas valencianas, ahogadas por la falta de subvenciones

Hacer más con menos. Ese es el reto para muchas entidades benéficas valencianas, que están asfixiadas porque aumenta el número de personas necesitadas mientras las subvenciones caen en picado. Los números no cuadran. Es la situación que vive la Asociación La Casa Grande. Tras 25 años tendiendo la mano a los más vulnerables, en la actualidad pasa por su momento más delicado.

«Nos encontramos ahogados por la falta de ayudas. Algunas entidades que tradicionalmente subvencionaban los proyectos ya no disponen de dinero para obra social, y las que se mantienen, han reducido mucho su presupuesto para este ámbito. Las administraciones públicas también han rebajado las ayudas», lamenta Filo Zaragozá, coordinadora de la entidad. A ello se suman los más de 55.000 euros que les adeuda la Generalitat.

Sus previsiones para 2012 son poco halagüeñas. Zaragozá prevé que los ingresos se reduzcan entre un 30 y un 40% con respecto a 2011, cuando ya habían sido inferiores a los años anteriores. Tras un cuarto de siglo de labor desinteresada, la Casa Grande continúa ayudando a los más necesitados pero se ve obligada a reducir el número de beneficiarios de sus proyectos que son, sobre todo, personas en riesgo de exclusión social, mujeres y niños.

El programa de atención a familias necesitadas atenderá este año a 28 usuarios menos por los recortes. Y las ayudas a la infancia (que comprenden iniciativas como facilitar ropa y material escolar hasta gafas para los niños que lo requieran) caen a la mitad. «Desaparecen las prestaciones en alimentación e higiene que hasta ahora podíamos entregar», afirma la coordinadora de la entidad benéfica.

El proyecto de prevención del racismo, que se centra en desarrollar campañas de sensibilización en los colegios, es el que se ve más afectado, con una reducción del presupuesto del 87%. El plan para facilitar la inserción sociolaboral también está afectado.

Desde La Casa Grande apelan a la solidaridad de los valencianos para seguir atendiendo a los más desfavorecidos. Hoy cuentan con 120 afiliados, cuyas cuotas son un pilar clave en su financiación. «Animamos a las personas que puedan a que se hagan socias, de forma sencilla a través de nuestra web, por ejemplo, y agradecemos cualquier aportación particular», admite la coordinadora, quien destaca la posibilidad del patrocinio de empresas. Zaragozá remarca la importante labor de los voluntarios: «Los necesitamos más que nunca».