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CARMEN VELASCO
Lunes, 14 de mayo 2012, 19:07
No es lo mismo que un profesor anime a un niño a leer que lo haga Laura Gallego. No es lo mismo que los encuentros literarios en la Biblioteca Valenciana los protagonice un premio Planeta que lo haga Laura Gallego, entre otras cosas porque los alumnos que ayer acudieron a San Miguel de los Reyes portaron ejemplares de los títulos de la escritora valenciana. Los fieles de la autora de 'Memorias de Idhún' son chavales de 10 a 14 años, justo los españoles que más leen. Está acostumbrada a llenazos de público en sus actividades. Ayer lo volvió a demostrar.
-¿Cómo asimila reunir a cientos de lectores y que los niños esperen horas por una firma?
-Las firmas y los encuentros con los lectores forman parte de ser escritora. Me considero una profesional que hago mi trabajo, y lo demás es secundario.
-¿Se siente una autora de éxito?
-Yo me considero escritora y trato de hacer mi trabajo lo mejor que sé. Quiero evitar que la gente me vea como una persona famosa de la que no hay nada detrás. Mis libros funcionan, pues bien. Voy a seguir trabajando para que así sea.
-Se relaciona literatura fantástica a niños, ¿le molesta no tener más lectores adultos o que mayoritariamente le lean niños?
-No, en absoluto. Estoy muy orgullosa de tener jóvenes lectores. ¿Acaso son menos personas que los adultos? No lo son. Habría que prestar más atención a los niños que sí que leen para que no se sientan bichos raros. En este país se considera que la literatura de fantasía es para niños y jóvenes. Una vez fuera de España los adultos leen títulos fantástica sin ningún problema, como puede ser 'Juego de Tronos', de George R. R. Martin. Escribo lo que a mí me gusta, lo que me gustaría leer, me leen niños pero también tengo lectores de 24 años que me siguen desde los 11 o 12 años.
-¿La literatura fantástica sirve para evadirse?
-Considerarlo así es un error. Hay muchísimos prejuicios respecto a la literatura fantástica, que si es para niños, que si es de evasión, que si la gente se va a volver loca, que si es una lectura menor... y es algo que sólo pasa en España. En mis libros no hay ningún cartel que diga 'prohibido para adultos' porque me consta que cuando los leen, se divierten.
-¿Su imaginación va perdiendo con los años?
-De momento no. La capacidad de imaginación no es exclusiva de los niños; los adultos no la perdemos por el hecho de ser de adultos. La imaginación es una capacidad humana al igual que la risa y el lenguaje. Es absurdo pretender deshacerse de ella como si fuera una pareja. Tengo la sensación que en España y en algún otro país más la imaginación es sólo cosa de niños o que no tiene aplicación práctica y no es cierto.
-Desde los 11 años, siempre quiso escribir aunque no publicó hasta una década después, ¿no?
-Presenté muchas historias a concursos literarios sin éxito y llegué a desanimarme. Hasta que en segundo año de carrera, gané el certamen Barco de Vapor con 'Finis mundi', que sería mi historia número 14 aunque mi primer título editado, y hasta ahora. No me arrepiento de los libros que escribí y no se publicaron. No podría ser yo sin escribir. Aunque nadie me leyera, seguiría escribiendo.
-Y se resiste a que sus títulos sean películas...
-Porque no las haría yo. Me da miedo ver un filme sobre mis libros y que no sea como yo he imaginado la historia. Yo no podría ceder los derechos del título y desentenderme, yo me implicaría y me gustaría implicarme en los autores, el guión, la dirección... entiendo que los productores no me lo permitan y, además, tampoco tengo tiempo para vigilar cómo se hace la cinta.
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