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J. C. MARTÍNEZ
Jueves, 10 de mayo 2012, 04:24
La Fiscalía ha pedido penas que suman cuatro años y medio de cárcel para cada uno de los cuatro agentes acusados de torturar a un detenido en Elda. El Ministerio Público solicita un año y medio de cárcel por el delito de torturas y otros tres años por las lesiones, además de 10 años de inhabilitación, y aplica la agravante de prevalerse del carácter público de su cargo. La víctima, que también está procesada, se enfrenta a una multa de 120 euros por una falta de respeto a los agentes de la autoridad.
Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Emilio Sanz, añade la acusación de detención ilegal y eleva las penas a 11 años de prisión para cada uno de los cuatro policías.
Todo ocurrió el 29 de junio de 2006, cuando la víctima, David A. A., pasó con su furgoneta por delante de la comisaría de la Policía Nacional en Elda. Le acababan de absolver en un juicio de faltas por unos daños en un vehículo, hechos por los que había sido detenido. En ese momento, empezó a gritar «maderos, hijos de puta, me vais a comer la polla, os tengo que matar por la detención que me hicisteis, cabrones, os vais a cagar como me pase algo por vuestra puta culpa».
Al mismo tiempo que profería estos insultos, «les hacía gestos obscenos con el dedo corazón de la mano», tal como recoge el escrito de acusación.
Sobre las 21.40 horas de ese día, la Policía Nacional acordó la búsqueda y detención de la víctima por un quebrantamiento de condena. Fue entonces cuando los cuatro agentes procesados se personaron en el domicilio de la novia de David A. A. y a él le «propinaron diversos golpes» y lo arrestaron. Como consecuencia de la supuesta agresión, el joven tuvo que recibir asistencia sanitaria durante 21 días.
Según la calificación presentada por la acusación particular, los policías «desobedeciendo dolosamente las instrucciones de su superior, decidieron por su cuenta y riesgo practicar la detención y darle un escarmiento». Por eso, prosigue el escrito, «tras abrir la puerta y sin previo aviso, se abalanzaron los cuatro sobre él, esposándole con las manos a la espalda». Acto seguido, supuestamente le tiraron en el rellano de la escalera y le propinaron «patadas y golpes con la porra».
Posteriormente, siempre según la acusación particular, los agentes «lo sacaron en volandas entre los cuatro» y siguieron «golpeándole» de camino al coche, «llegando a propinarle un rodillazo y un golpe contra la puerta del coche policial».
A causa de estos supuestos malos tratos, la víctima sufrió diversos hematomas, contusiones y erosiones en todo el cuerpo. La acusación particular destaca «el trato vejatorio y las torturas físicas, morales y psicológicas» a las que los policías presuntamente sometieron a la víctima, «tanto en el momento de su detención como en su estancia en el hospital», cuando le «llevaban esposado gritando frases como 'abran paso' y 'cuidado, es un delincuente peligroso'».
La Fiscalía pide para el joven supuestamente agredido una indemnización de 1.260 euros por las lesiones y 3.000 por el daño moral, mientras que la acusación particular eleva la cifra a 66.000 euros.
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