Las tascas dan por perdida la temporada pese a la llegada del toldo fonoabsorbente

Los toldos fonoabsorbentes llegarán esta semana a las tascas. Al menos así lo esperan los empresarios, que pese a todo dan por perdida la temporada. Y es que la ley seca (derivada de la sentencia del TSJ que a finales de 2011 anuló el artículo de la ordenanza municipal que permitía beber alcohol en las calles que conforman este popular espacio de ocio) les ha dejado, dicen, «muy tocados». «Las cajas han caído hasta un 60%, y aunque pronto volverá todo a la normalidad, este año ya no hay nada que hacer», lamenta uno de los dueños de estos locales.

Lo cierto es que con la llegada de los citados toldos fonoabsorbentes las tascas esperan acabar con uno de sus principales problemas: el ruido. Ese ruido que en su día llevó a las administraciones a declarar la zona como Acústicamente Saturada (ZAS) y que implicó una serie de restricciones, como por ejemplo en materia de horarios.

De momento, ya se han hecho una serie de pruebas y los nuevos elementos son capaces de absorber entre ocho y 13 decibelios. Una cantidad suficiente, dicen los empresarios, «para silenciar las quejas vecinales».

Aún así, la guerra entre los vecinos -y, más concretamente, la asociación Castelló Sense Soroll- y las tascas parece ir más allá de las simples molestias por ruido. Los primeros, acusan a los locales de haber incumplido «reiteradamente» la llamada ley seca, mientras que los segundos ven «intereses inmobiliarios» en las continuas denuncias de la entidad.

Sin embargo, los empresarios de las calles Isaac Peral y Barracas cuentan con una ventaja, y es que tienen al Consistorio de su lado. La Corporación no dudó en sacar adelante, nada más conocerse el veto al alcohol, una nueva ordenanza que reconoce la singularidad de las tascas. Una ordenanza ya en vigor pero que, por prudencia, no se aplicará hasta que estén instalados los esperados toldos fonoabsorbentes.