Gandia asumirá la deuda de 3 millones de la piscina del Grau si no halla otro gestor este año

El gobierno de Gandia tiene los días contados para encontrar una nueva empresa que gestione la piscina del Grau tras la renuncia de la concesionaria actual. Si el ejecutivo del PP no halla otra mercantil dispuesta a asumir este centro deportivo, y su deuda, tendrá que hacer frente a los más de tres millones de hipoteca del recinto.

La empresa que gestiona la piscina informó hace unos meses de su intención de renunciar al servicio, ya que, según Soler, «se sentían engañados» por los gobiernos del PSPV y el Bloc. El concejal afirmó que la empresa concesionaria tenía unas previsiones que no se han cumplido, todas ellas prometidas por los socialistas.

Los responsables del centro deportivo contaban, dijo el edil, con «un determinado número de usuarios», que no se ha alcanzado; con nueva iluminación en la zona exterior, que tampoco se instaló, y con la puesta en marcha de la urbanización de les Foies, que previsiblemente les aportaría más clientes.

Por todos estos motivos, la empresa no ha cumplido sus expectativas y en virtud del acuerdo firmado solicitó la renuncia. En ese momento, el gobierno del PP de Gandia comenzó a negociar con los responsables y, según el edil, «se ha conseguido que su salida no cueste ni un euro al gobierno de la ciudad».

Y es que, tras la marcha de los actuales gestores el 31 de julio, el Consistorio buscará otra mercantil que asuma la piscina con la condición de se haga cargo de cierta cantidad económica. La mercantil que acceda a la gestión tendrá que subrogarse a la hipoteca del recinto y costearla.

Esta cantidad asciende a 3.194.000 euros. Pero además, estará obligada a abonar a la empresa saliente 131.279 euros. Soler dijo que las negociaciones de estos meses entre el gobierno y los responsables del centro han servido para que Gandia no tenga que aportar «ni un euro». «Hemos estado hábiles y eso permite que el coste de esta escisión de contrato sea cero», agregó.

El concejal aseguró que los usuarios no se verán perjudicados, porque el centro seguirá abierto a partir del 31 de julio. Además, añadió que en caso de no conveniar la gestión con otra empresa, será el propio Ayuntamiento quien se encargue de ella, como ya hizo al frente del centro Roís de Corella.

Soler aseguró que ya «hay empresas interesadas en hacerse con el centro», pero también dijo que en caso de no acordar la gestión con alguna mercantil tendrá que ser el Ayuntamiento quien pague la hipoteca.

El plazo abierto para hallar una nueva concesionaria expirará el 1 de enero de 2013, por lo que si Gandia no encuentra otra concesionaria abonará los 3,1 millones a la empresa saliente y los 131.279 de indemnización. Soler confió en que se alcanzará un acuerdo con otra empresa, pese a los argumentos que había aportado de contar con pocos usuarios y estar en una zona «poco iluminada».

El concejal incidió en que se ha llegado a esta situación por culpa del entonces edil del gobierno Josep Miquel Moya y el exalcalde José Manuel Orengo, «que engañaron a los gestores», como aseguró afirman desde la empresa.

Por otra parte, desde el PSPV de Gandia indicaron que el verdadero problema en la piscina del Grau es que el alcalde, Arturo Torró, se ha vuelto a enfrentar a esta empresa y a otras de servicios de la ciudad.

El edil Vicent Mascarell aseguró que «el funcionamiento del recinto se ha visto afectado en los últimos meses por la incapacidad de gestión de Torró y por su chulería y su comportamiento de bombero-pirómano».

Mascarell agregó que la piscina del Grau «funcionaba a la perfección y contaba con una gran cantidad de usuarios hasta que Torró y el PP llegaron al gobierno», momento en el que, sus «incapacidades de gestión», motivaron que el centro perdiera usuarios al ser incapaz de solucionar problemas puntuales.

Esto creó un «conflicto con la empresa concesionaria donde no lo había», añadió. «Esta circunstancia recuerda lo que ya pasó en el centro Roís de Corella, donde tampoco había ningún problema y cuando llegó el PP empezó a ahogar el centro hasta acabar privatizándolo», apostilló.

Mascarell recordó «otros enfrentamientos, como con la empresa Talher, con la empresa del agua, la concesionaria de la limpieza de las calles o las de los aparcamientos».