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A. S. MOLLÁ
Miércoles, 6 de junio 2012, 11:07
Lucian M. C., el hombre detenido por apuñalar hasta la muerte a su mujer, una joven rumana de 28 años, vivía obsesionado con lograr que ella volviera con él. Los celos le consumían, a tenor de las amenazas e insultos que presuntamente le dirigía a Ioana E. T., quien finalmente acabó por denunciarle el pasado 7 de mayo.
«Te voy a hacer la vida imposible», le espetó el arrestado, quien también la amenazó diciéndole que si la veía con otro era capaz de cualquier cosa. El matrimonio, que tiene dos hijos de 5 y 7 años, llevaba dos años de separaciones intermitentes, aunque convivían durante determinados periodos de tiempo. Durante esas épocas, las trifulcas e insultos del arrestado hacia su mujer eran frecuentes en el piso, tal como señalaron los vecinos de la calle Catedrático Daniel Giménez Díaz.
Sin embargo, el pasado 7 de mayo, Ioana dijo basta. Tras una discusión en la que supuestamente su marido le propinó un empujón y la insultó y vejó en reiteradas ocasiones, la joven asesinada se decidió a acudir a la comisaría. Relató una serie de amenazas verbales presuntamente proferidas por su pareja y Lucian fue detenido por maltrato.
El juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Alicante les tomó declaración a ambos y dictó una orden de alejamiento de 500 metros para que el presunto asesino no pudiese acercarse a Ioana. Además, tampoco podría ver a los niños.
Según detallaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat, la causa pasó al juzgado de lo Penal número 1 de Alicante, que señaló juicio rápido para el 22 de mayo. Un día antes de la vista oral, Ioana se presentó en los juzgados. No quería seguir adelante, y se realizó una comparecencia en la que ella renunciaba a cualquier acción penal.
Sin embargo, el juicio se celebró, pero ni el presunto agresor ni la víctima declararon. La Fiscalía mantuvo su acusación por malos tratos y amenazas, pero, al no existir testigos ni parte de lesiones, el juez absolvió a Lucian.
En la sentencia se hace referencia a «una serie de posibles ofensas verbales continuadas en el tiempo del acusado» hacia su mujer, ninguna de las cuales ha quedado suficiente e indubitadamente acreditada, a la vista de las pruebas practicadas con inmediación en el acto del juicio».
Dada la negativa de la víctima a declarar, el juez dictó justo después del juicio una sentencia absolutoria 'in voce', según precisaron desde el alto tribunal valenciano. La orden de alejamiento también fue cancelada.
A juicio del magistrado, «el acusado tiene derecho a no ser condenado mientras contra él no se haya practicado una mínima prueba de cargo acreditativa de los hechos motivadores de la acusación y desarrollada en el juicio oral». Por eso la sentencia concluye diciendo que «debe procederse a la absolución del acusado (...) al considerarse insuficiente la actividad probatoria practicada en orden a su inculpación».
Homicidio
Menos de 15 días después de este fallo que exoneró a Lucian M. C. de cualquier responsabilidad penal, él se dirigió a la vivienda de la que todavía era su mujer y la apuñaló reiteradamente en el pecho.
Tras el crimen, el arrestado se dirigió a la Comisaría de Policía Nacional y se entregó. Acompañó a los agentes hasta el piso, donde el cadáver de Ioana yacía en el pasillo. En las manos tenia heridas defensivas, cortes que sufrió al intentar repeler el ataque de su asesino.
La hermana de la víctima, que se trasladó a vivir con ella para ayudarla, manifestaba así su dolor en una red social: «Hoy 4 de junio un golpe muy fuerte en mi vida ... Mi hermana de 28 años ha sido asesinada por su marido. No tengo ni palabras ni fuerzas para deciros lo que siento. Gracias a todos por todo el apoyo».
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