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J. A. MARRAHÍ
Martes, 19 de junio 2012, 02:51
El pasado lunes 4 de junio se cerró la herida de la duda para Lohammy Castro. Su único hijo, el pequeño Johan David, de 3 años, era localizado por la Policía Nacional en el vertedero de basura de Dos Aguas, después de ser arrojado a un contenedor por las dos mujeres que cuidaban de él en Valencia. Han pasado dos semanas y la madre boliviana todavía no ha podido disponer del cuerpo para el funeral y posterior entierro en Bolivia. La mujer sólo desea ahora poder despedirse de él y retornarlo a su tierra natal.
La razón de esta espera son las dudas forenses sobre la causa de la muerte del menor, cuyo cuerpo apareció en un grave estado de deterioro. La juez de instrucción 15 de Valencia, la encargada del caso, está a la espera del informe definitivo de la autopsia con la recepción de unas pruebas de laboratorio.
Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV), estas gestiones pueden retrasar la entrega del cuerpo incluso un mes después de su localización, todo en aras de una correcta investigación que aclare al máximo el modo en que murió el menor. Según la confesión de las dos detenidas, fue por un golpe fruto de una caída accidental.
Esta etapa del caso se está transformando en una losa para la familia del pequeño, «deseosa de poder enterrar a Johan David, despedirnos de él y pasar página hasta el momento del juicio». Así lo explicó Elizabeth Salvatierra, tía materna de Lohammy y portavoz de la familia.
Pero hay otro detalle que aún les indigna más. «Según hemos podido saber a través de nuestro abogado, las dos detenidas han pedido salir de la cárcel y estar en libertad provisional hasta el momento del juicio», lamentó. «Nosotros aún no sabemos nada de nada, ni siquiera tenemos el cuerpo, y ellas ya están pidiendo salir de prisión...». La juez del caso, añadió Elizabeth, ha denegado esta petición al apreciar riesgo de fuga.
La familia Salvatierra confía en recibir noticias del juzgado a lo largo de esta semana. Saber qué le hicieron y poder recuperar el cuerpo de Johan David es lo único que añoran en medio del dolor que les atenaza. Ni Lohammy ni sus parientes cercanos realizaron el reconocimiento del cadáver. La confirmación de que el cuerpo era de Johan se efectuó con un cotejo de ADN de la madre del menor.
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