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Nido de cernícalos en un edificio de Valencia, en una imagen reciente. :: ESTUDI VERD
Un depredador de vecino
Valencia

Un depredador de vecino

Valencia alberga 23 parejas de cernícalos que terminan este mes de criar a polluelos en los nidos de los edificios

P. M.

Sábado, 30 de junio 2012, 12:18

Cuando los vecinos de un edificio de la calle Pintor Sorolla descubrieron el jueves un pequeño cernícalo que se había acabado de golpear con el cristal de un balcón, vieron a un depredador del aire que cada vez se acostumbra mejor al cielo de Valencia.

La Patrulla Verde de la Policía Local se hizo cargo del ejemplar, que pasó a manos de los biólogos de Estudi Verd, encargados del seguimiento y en ocasiones anillado de estos animales. En total, consideran que en la ciudad viven unas 23 parejas, fundamentalmente en grandes avenidas arboladas.

«El cernícalo es cada vez un ave más común en nuestra ciudad, distribuida desde el centro a las huertas cercanas y el nuevo cauce del Turia». Estas rapaces cazan gorriones, ratones y hasta cucarachas. «Con una tórtola no puede», asegura Francisco Catalá, de la citada empresa, para dar una idea del volumen de presas a la que puede aspirar el diminuto depredador. «Es una especie muy similar al halcón peregrino pero de menor tamaño, un halconcillo, vamos. Podemos distinguir claramente dos poblaciones: una residente y una migrante e invernante. Se localiza en todos los hábitats: casco urbano, parques y jardines, solares, huerta, matorral, pinadas, playa y dunas».

Dos meses en el nido

Estos dos últimos meses ha sido más frecuente verlos por la ciudad, al estar en plena nidificación. Los pollos emprenden los primeros vuelos estos días desde las jardineras, macetas y cornisas donde las hembras suelen poner sus huevos.

Catalá indica que cualquier hueco les sirve para hacer el nido y que suelen repetir todos los años. «Recibimos llamadas de vecinos asustados porque no pueden salir al balcón, o no saben qué hacer». Entonces llega el turno de convencerlos para que compartan espacio con los cernícalos. «Al final siempre aceptan porque pueden ver crecer a los polluelos y, además, se trata de una especie en vías de extinción». Sólo atacan cuando alguien intenta tocar los huevos o los polluelos, o cuando se acercan mucho a su territorio.

«Los cernícalos son beneficiosos debido a que controlan pequeñas plagas como insectos entre los que se incluyen habitualmente cucarachas, saltamontes, langostas, salamanquesas, aves y pequeños roedores». Toda una despensa que ha pasado de la huerta cercana a la ciudad en apenas unos años. «Es habitual verlos sobre los campos o grandes parques oteando el suelo en busque de sus pequeñas presas», comenta el biólogo.

Los nidos suelen albergar hasta media docena de huevos. «Sobreviven varios, igual muere alguno». El hallazgo más reciente fue en el colegio Jesuitas, en la avenida Pío XII, en una celosía. «Cualquier sitio les vale y suelen repetir al año siguiente», estima.

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