Las preferentes se vendieron a clientes de «edad y baja cultura»

La querella presentada por UPyD contra Rato, Olivas, BFA-Bankia y sus anteriores consejos alerta que las cajas de ahorro que conformaron el grupo financiero actuaron «con dolo y mala fe» en la venta de participaciones preferentes.

Según recoge el auto, estos complejos productos financieros fueron vendidos «en las distintas sucursales a pymes y clientes individuales» ya que la colocación en el tramo mayorista, es decir, entre los inversores cualificados (grandes bancos, fondos de inversión...) no logró la demanda necesaria para que las cajas de ahorro lograran la financiación que necesitaban.

El auto del juez, tras explicar esta situación, desvela: «en muchas ocasiones se elegían (a los compradores de preferentes) sistemáticamente dado su bajo índice de conocimientos culturales o de entendimiento, por la edad o por la percepción de asumirlos, llegando a comprometer importantes cantidades económicas». Esta práctica se contradice con los consejos que el 16 de junio de 2010 publicó la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el documento titulado 'Actualización de requisitos en la verificación de emisiones de renta fija e instrumentos híbridos destinadas a la minoristas. Identificación de malas prácticas en el proceso de comercialización y negociación posterior'».

La acusación de la querella coincide con las intervenciones que durante cuatro horas y media monopolizaron la junta general de accionistas de Bankia celebrada el viernes pasado en Valencia. Los ahorradores lamentaron que su dinero acabara en preferentes que posteriormente han sido canjeadas por acciones cuyo precio ha bajado notablemente.

La querella añade que «para mayor infortunio de los inversores» la reformulación de cuentas del grupo BFA-Bankia hizo que se produjera la «suspensión del pago de intereses de diversas emisiones de obligaciones subordinadas especiales y de participaciones preferentes dirigidas a minoristas».