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J. G. BADÍA
Domingo, 8 de julio 2012, 02:05
ABANILLA. La última 'trastada medioambiental' que ha protagonizado Proambiente, vertiendo ilegalmente 400 toneladas de basura en el vaso inicial, le podría costar muy cara al magnate de las basuras Ángel Fenoll. Tanto que podría estar a punto de perder la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable que la Consejería de Presidencia publicó en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM), el pasado 30 de junio, y por la que podía volver a retomar la actividad en el vaso 3 durante 7 años y 76 días.
Ahora el futuro de dos centenares de trabajadores está en el aire después de que Presidencia haya iniciado un procedimiento de revisión de oficio de la declaración de impacto ambiental favorable, según fuentes de la Consejería, «por un cambio importante de circunstancias». En concreto, por la entrada sin permiso de 25 camiones cargados de basura ilegal.
Este procedimiento administrativo fijará la sanción por los vertidos descubiertos durante la visita del Seprona al vertedero, y el mismo decidirá si tumba la ampliación del vaso Abanilla-Crevillente. Esta posibilidad obligaría a la mercantil a cerrar el vertedero, dejar en el aire contratos millonarios por la gestión de residuos sólidos urbanos en la Vega Baja alicantina, quedando abocada a 'sobrevivir' solo con la planta de compostaje.
El consejero de Presidencia, Manuel Campos, avanzó ayer que este procedimiento deparará para Proambiente «una sanción económica muy importante y podría revocársele la declaración ambiental».
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