Cotino y los miembros de la Mesa de Les Corts bajan su sueldo un 25%

Los recortes llegan también a Les Corts. El presidente de la Cámara valenciana, Juan Cotino, y los cuatro miembros de la Mesa que lo acompañan dejarán de formar parte del club de los 100.000 euros anuales. Por encima de esa cantidad se situaban hasta hoy las nóminas de Cotino, de los dos vicepresidentes, Alejandro Font de Mora y Ángel Luna, y de las dos secretarias, Angélica Such y Carmen Martínez.

El presidente de Les Corts anunció ayer que llevará a la reunión de la Mesa de hoy una reducción de su salario en, al menos, un 25%. Lo justo para dejar su sueldo en las cifras que actualmente perciben los portavoces de los cuatro grupos parlamentarios. Y con él, sus otros cuatro compañeros de mesa también verán reducido su sueldo en más de una cuarta parte. Aún así, todos ellos seguirán cobrando más que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que percibe al año 67.615,92 euros. Hasta la fecha, la diferencia de emolumentos entre la primera y la segunda autoridad de la Comunitat era de más de 46.000 euros anuales, a favor del presidente del Parlamento valenciano. Y es que el sueldo de Juan Cotino había quedado como el más alto de la Administración, después de la medida adoptada por el Consell de rebajar los sueldos de todos los altos cargos para que nadie cobrara más que Alberto Fabra.

Pero en Les Corts existe todavía un pequeño oasis en el desierto de la austeridad salarial, como ha venido detallando LAS PROVINCIAS. Los presidentes de la Cámara cobraban hasta ahora 113.608 euros al año. La cifra podría ser incluso mayor de no ser porque Juan Cotino, el último en ocupar ese puesto, renunció desde el principio al plus de vivienda que impulsó uno de sus predecesores, Julio de España, que subía el sueldo en 3.000 euros más al mes. El sueldo del presidente del Parlamento autonómico se compone de la asignación reglamentaria de cada diputado (28.326, 84 euros más 4.721, 14 de extra), el complemento por presidente (48.355,08 euros más 8.059,18 de extra), el plus de dedicación exclusiva (4.387,20 más 731,20 de las extras) y el plus por pertenecer a la Mesa (19.027, 56 euros brutos).

A continuación, justo detrás del presidente están los sueldos de los cuatro miembros de la Mesa de Les Corts. Dos del PP y dos del PSPV, que tienen el mismo sueldo a pesar de que existen dos vicepresidentes y dos secretarias. Cada uno cobra 102.612, 60 euros al año. La única diferencia entre Font de Mora, Luna, Such y Martínez y el presidente de Les Corts es que ellos cuatro no perciben el mismo plus por el ejercicio del cargo, sino que esta cantidad es menor (38.930,28 más 6.488 en concepto de las pagas extra).

Ahora, con la rebaja de un cuarto de su sueldo, el presidente de Les Corts se situará al nivel de los portavoces parlamentarios, los otros cuatro sueldos que completan el club de los mejores salarios. Con cantidades entre 72.000 y 77.000 euros brutos, todos están por encima del sueldo de Alberto Fabra gracias a que completan sus sueldos de portavoces de grupo con un extra por kilometraje mensual. El síndic del PP, Rafael Blasco (fue apartado del cargo pero mantiene el sueldo), el socialista Antonio Torres, el líder de Compromís, Enric Morera, y la portavoz de Esquerra Unida, Marga Sanz, ingresan al año 66.867,22 euros brutos al año. A esa cifra se suman la indemnización por kilometraje. Blasco, Morera y Sanz tienen un plus de 3.530 euros al año por vivir en Valencia, mientras que el de Torres asciende a 10.590 euros al año por ser de Alicante, la nómina más alta tras la Mesa.

Con la medida adoptada por Cotino, que hoy pasará por la reunión de la Mesa de Les Corts, el sueldo de la segunda institución de la Comunitat se verá reducido ostensiblemente, pero también fuerza a los portavoces a que adopten un acuerdo para que su nómina también se vea mermada. Nadie entendería que el presidente y el resto de cargos de la Mesa cobraran lo mismo que los síndics. Pero esa medida la deben tomar los grupos.

La decisión de rebajar los sueldos de la Mesa y de los portavoces ha sido reclamada hasta por el propio Consell. A pesar de que la Cámara tiene autonomía propia para autogestionarse, la imagen de una institución en la que sus altos cargos superen los salarios del máximo mandatario de la Generalitat, chirriaba. Pero la Cámara se escudaba en esa autonomía.