Denuncian el abandono del patrimonio rural

El representante vecinal de El Rebolledo y miembro del colectivo Salvem Fontcalent, Emilio Rosillo, recuerda que hace varios años presentaron un documento en la Gerencia de Urbanismo para que se integrarán en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos que se ha incorporados en el nuevo PGOU. Considera que el abandono en el que permanecen un gran número de fincas e inmuebles que forma parte del rico patrimonio rural que existe en las pedanías ha hecho que muchos de estos elementos arquitectónicos y culturales hayan desaparecido o estén a punto de hacerlo. Una situación que le lleva a reclamar una mayor sensibilidad hacia estas edificaciones por parte del Ayuntamiento.

Para muchos de los vecinos de las pedanías este patrimonio adquiere un mayor valor porque para ellos representa un referente en sus vidas ya que han formado parte de su entorno, por lo que reclaman medidas para conservarlos.

Del catálogo de elementos culturales que presentaron al Ayuntamiento para su protección han sido una veintena de ellos los que tendrán protección parcial. Entre ellos, además de las ermitas de las pedanías, las fincas de Lo Salà, La Botiguera, Els Reiets, Los Frailes, Lo Minyana, en el Bacarot; las casas Lo Garroferal, La Bolta, La Sènia, y la Finca don Jaime con la cisterna para el agua que se hallan en El Moralet; la finca Torresella, también conocida como La Coronela, en El Rebolledo, así como la hacienda Navarelo, las fincas Lo Castelló y Lo Morricone, en Fontcalent.

Para Rosillo la catalogación de estos inmuebles, muchos de ellos en estado ruinoso por el abandono y la desidia de los propietarios y del Ayuntamiento, es insuficiente. Refiere que son muchas más las fincas y elementos culturales y etnográficos que merecen de una mayor atención, al menos, para que se daten y se deje constancia de su existencia antes de que desaparezcan del todo y se pierda la referencia de lao que en su día significaron para la historia y el desarrollo de las partidas rurales.

Recuerda que hace años la finca La Solana que ahora reclaman que se proteja, «estaba en malas condiciones de conservación, pero aún mantenía el tejado, que ya ha desaparecido, algo que puede ocurrir con la casa cueva que aún se conserva por dentro si no se toman medidas», señaló al tiempo que expresaba con pesimismo como otras casas de interés se han perdido. Y con ellas elementos como bodegas, almazaras o cisternas que bien merecían ser conservadas y ponerlas en valor, por lo que reclaman preservarlas como parte de la historia y la cultura de las partidas.