Miles de universitarios vuelven a tomar las calles para hacer botellón

Empieza el curso y se repite la historia de siempre. Las calles próximas al campus universitario de Tarongers y también el jardín y paseo marítimo de Neptuno, junto a la playa, amanecieron ayer llenas de restos de grandes botellones.

Sólo en el entorno de la playa, junto a los hoteles, se concentraron en la madrugada del jueves al viernes entre 2.000 y 2.500 personas, según manifiestan los restauradores y hosteleros de las Arenas.

En el caso de Tarongers, los jóvenes, para evitar los controles policiales que otros años se han realizado junto a la calle Ramón Llull, han optado por organizar microbotellones en distintos puntos, como la avenida Tarongers (entre el aparcamiento universitario y el cementerio del Cabanyal); la calle Albalat dels Tarongers (junto a la calle Clariano) y en el jardín central de Blasco Ibáñez.

El resultado de estas concentraciones, que se suelen convocar a través de las redes sociales, se traducen en ruido, olores y mucha suciedad y los vecinos y hosteleros ya han puesto el grito en el cielo.

El operativo de limpieza de las calles se encontró a primera hora de la mañana con la desagradable sorpresa, fruto del comportamiento incívico de los que practicaron botellón. Sólo ayer se retiró de las zonas donde se había practicado botellón 1,5 toneladas de basura.

Los vecinos de zonas como Xúquer y Ramón Llull, Ciudad Jardín, plaza de Honduras y las Arenas están cansados de esta situación y exigen que se tomen medidas antes de que el problema se enquiste. «El lunes y martes pasado ya vi a unas doscientas personas en la plaza que hay junto a la Universidad de Valencia. El lunes por la noche llamé por teléfono a la policía y sí vino, pero hizo acto de presencia y se fue. Pero el martes, volví a llamar y, que yo sepa, ni acudieron», explica Lucas del Castillo, de la asociación de vecinos Barrio San José. Este portavoz vecinal explica que el curso sólo acaba de empezar «y si van a estar haciendo todas las semanas botellón, hasta que les toque estudiar para los exámenes, estamos listos». Según indica, el botellón está derivando en vandalismo «porque entran en los patios, rompen los contadores y estampan los vasos de cristal. Es preciso que se establezcan controles antes de que hagan el botellón porque luego van bebidos y se ponen violentos», añade.