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J. BATISTA
Martes, 23 de octubre 2012, 02:59
Los últimos colegios que la Generalitat ha sacado a concurso han provocado un aluvión de ofertas por parte de las empresas constructoras, lo que ha generado una importante reducción en el precio de salida de las instalaciones, que en el mejor de los casos ha llegado a suponer un ahorro del 21%.
La situación sirve para medir el desplome de la obra pública que ha sufrido la Comunitat como consecuencia de la crisis. Un dato ilustra la coyuntura a la que se enfrenta el sector. En el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, la caída en la inversión en infraestructuras se reduce para 2013 en un 35%, un descenso que se aplicará sobre la maltrecha partida destinada en 2012, que ya venía mitigada en un 25% respecto al ejercicio anterior.
La minoración presupuestaria para nuevas actuaciones también se ha notado en el ámbito educativo valenciano, de ahí el interés que suscitan las actuaciones que salen al mercado. Y eso que se trata de obras con unos presupuestos de licitación minúsculos en comparación con las grandes infraestructuras, pues en el mejor de los casos no se superan los 7,7 millones.
Según los datos facilitados por la Conselleria de Educación y por la empresa Ciegsa, los últimos once colegios adjudicados o licitados han sumado un total de 401 ofertas de empresas, unas cifras imposibles de obtener en años anteriores. Además, la mayoría de las grandes entidades españolas han pujado en los contratos más jugosos para intentar conseguir una parte del pastel -más bien refrigerio- inversor.
La afluencia ha tenido una consecuencia positiva, como es el fomento de la competitividad entre empresas. Teniendo en cuenta que en los concursos uno de los criterios que más puntos da es la reducción del precio de licitación, se han conseguido minoraciones más que destacables, de entre un 21% respecto al precio inicial (en tres colegios) y un 11,8%.
La evolución del número de plicas está muy relacionada con el paso de los meses y con el empeoramiento de la situación. A finales de 2011 se adjudicaron siete colegios e institutos. Fue el último gran paquete de obras licitado en la educación valenciana. Se trató del centro de Infantil y Primaria (Ceip) Nº10 de Torrent, el IES Nº3 de Dénia, el Ángel Esteban de Benicarló, el San Francisco de Borja de Gandia, el colegio público Castell de Pop de Murla -una ampliación-, el CP Benadressa de Castellón y el colegio El Acequión de Torrevieja. En estos casos, las empresas presentadas oscilaron entre las 41 del de Torrent y el de Torrevieja y las ocho del de Castellón. El resto se movió en una horquilla de entre 10 y 39.
Durante este año se adjudicó además la construcción del CP Nº52 de Alicante, que también sumó 41 ofertas. Los últimos en salir a la palestra han sido tres centros que se encuentran en fase de licitación, según informaron desde la Conselleria de Educación. Además, se da la situación de que están promovidos desde el propio departamento autonómico y no desde Ciegsa, que se encuentra en proceso de absorción dentro del plan para reestructurar el sector público empresarial que acomete el Consell. Se trata de un instituto de la Vall d'Uixó y de los nuevos colegios de Elche y Valencia (el de la calle Puerto Rico). En estos tres casos las empresas presentadas no bajan de 50, llegando a las 58 del nuevo centro de Ruzafa, que permitirá mitigar la grave carencia de plazas públicas que padece el barrio valenciano.
Hay que destacar que en muchos de los casos los centros servirán para retirar aulas prefabricadas para poder cumplir con el compromiso planteado por el presidente Alberto Fabra de eliminar los barracones a lo largo de la legislatura. Si se valoran las dificultades económicas del Consell, puede resultar complicado conseguir el objetivo, pues la presencia de estas instalaciones es amplia, tanto para ampliaciones por necesidades de escolarización como en centros compuestos íntegramente por estas.
Es lo que sucede, por ejemplo, con el colegio 103 de Valencia, situado en el barrio de la avenida de Francia, cuyos alumnos esperan desde 2009 a la construcción del centro definitivo. Los padres se han reunido en numerosas ocasiones con responsables de la conselleria, que incluso les llegaron a enseñar planos de obra y les informaron de que sería una actuación prioritaria. Sin embargo, nunca ha llegado a iniciarse la tramitación para su ejecución, y de hecho, parece no estar entre las previsiones inmediatas de Educación. Las familias han denunciado repetidas veces los problemas del centro, como humedades, deficiencias en el alcantarillado o la cimentación, presencia de insectos o cerramientos levantados.
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