El Gobierno sólo concede 100.000 euros de los 144 millones que exigió Fabra

En la pedrea de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para 2013 no hubo suerte para los valencianos. El presidente del Consell, Alberto Fabra, jugó fuerte la semana pasada en Les Corts al exigir 144 millones de euros más a Madrid. El Consell se siente discriminado en el reparto de las inversiones por parte del Gobierno de Rajoy y reclamó más dinero para dulcificar esa marginación. La petición de Fabra, como anuncio estrella en la tribuna parlamentaria, no llegó ni al Rabo de la Sartén, el túnel que separa el territorio valenciano del manchego. Reclamó un premio gordo y se tendrá que conformar con calderilla.

En Madrid, la capital, donde se cuece todo, la exigencia millonaria menguó a unos miles de euros. Ayer finalizó el plazo para la presentación de enmiendas. De los 144 millones de euros que reclamó Fabra sólo llegarán a la Comunitat 100.000 euros (el 0,69% del órdago) para la mejora de la línea ferroviaria Xàtiva-Alcoi, una renovación de la que se habla desde el siglo pasado.

Fabra, en la tribuna de Les Corts, señaló que pediría dinero para sanidad, cultura y transportes. Ayer por la mañana, el vicepresidente del Consell, José Císcar, anduvo cauto en sus respuestas a las preguntas sobre si sabía cómo iba a quedar el reparto de las enmiendas en Madrid. El número dos del Consell fió la suerte de la Generalitat a la rueda de prensa que minutos después iba a dar el portavoz de Economía del PP, Antonio Gallego. Pese a que las noticias que llegaban del Congreso no eran buenas, Císcar ratificó la petición de 76 millones de euros para el corredor mediterráneo, la puerta a Europa por tren y rampa de salida de la crisis para los valencianos.

Los malos augurios del jueves se cumplieron pasada la una de la tarde de ayer. Ni sanidad ni educación ni cultura ni transportes. La única concesión extra fueron 100.000 euros (poco más de 16 millones de pesetas) para la redacción de proyectos de la línea Xàtiva-Alcoi.

Fuentes del Consell defendieron la actuación de Fabra: «Su petición fue coherente porque no le gustaban los presupuestos y por eso anunció que los enmendaría. También entendemos la decisión del Gobierno obligada por la austeridad. No se ha atendido la reivindicación de ninguna autonomía». Desde Presidencia se insistió que Fabra tenía que dar el paso de enmendar las cuentas si no estaba satisfecho con ellas.

La palabra bochorno es la que sintetiza el sentimiento que expresaron ayer los diputados de la Comunitat en la Cámara Baja, que por encima de todo mantendrán su lealtad al grupo parlamentario. Alguno incluso apuntó al hecho de que lo de ayer escenifica la decadencia del poder valenciano en Madrid, que en su día se consagró como una seña de identidad.

Las sensaciones que transmitieron la semana pasada presagiaban que habría lío con este asunto. Nadie consultó con ellos el anuncio de Fabra. Ni antes ni después. Además, ninguno sabe quién ha sido el encargado de negociar el tema de las enmiendas. La sensación de los parlamentarios valencianos en Madrid, que avisaron ya estos días de que no iban a ir contra el grupo, es de indignación por el ridículo que han hecho y de confusión por cómo se ha llevado adelante todo este proceso. Muchos se preguntaron por qué nadie les llamó desde Valencia antes del anuncio de Fabra para pulsar el ambiente y por qué nadie les llamó después para ver si había alguna posibilidad de sacar los pies del charco. La vía que queda ahora es la del Senado. Desde Madrid ya advirtieron que esta será una vía muerta salvo milagro de última hora.

El previsible batacazo de las aspiraciones del Consell fue aprovechado desde primera hora por los grupos de la oposición. El primero en salir fue el diputado de Compromís, Joan Baldoví, que se ofreció a Fabra para presentar él todas las enmiendas que el PP no le aceptara. Muchos huelen a distancia la sangre en política. El de Sueca registró 111 modificaciones a los presupuestos que moverían más de 500 millones de euros.

El líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, convocó rueda de prensa para anunciar las enmiendas de su grupo para la Comunitat Valenciana. El PSPV pide a Rajoy modificaciones por 150 millones de euros de los que 88 serían para llevar adelante la ejecución del corredor mediterráneo. En los presupuestos para 2013 la partida para este proyecto es mínima mientras que el tercer carril ferroviario a Francia, la solución momentánea mientras se ejecuta el proyecto principal, se alargará como mínimo hasta 2017 cuando la ministra de Fomento, Ana Pastor, prometió que estaría en 2015.

La posibilidad de que los diputados valencianos del PP en el Congreso pudieran apoyar alguna de las enmiendas de la oposición se descartó al instante. La lealtad al grupo es inquebrantable aunque se tenga que votar en contra de pedir más dinero para el corredor mediterráneo. Una situación que se dará y que será difícil de explicar.

Las razones del PP

El portavoz de Economía del PP, Antonio Gallego, señaló en la rueda de prensa ayer por la mañana que la mayoría de las enmiendas eran de carácter técnico «porque es el momento de las grandes limitaciones» por la crisis. Fue la forma de justificar que las peticiones de modificación de muchas comunidades autónomas no fueran tenidas en cuentas. «Ya nos gustaría hacer más carreteras, más puentes y más trenes, pero no se puede gastar y gastar», dijo Gallego, tras puntualizar que la recuperación económica pasa por el saneamiento de las cuentas públicas.

Una de las comunidades más beneficiadas en las enmiendas del PP fue Murcia. Las recientes inundaciones han obligado a mover dinero de otras partidas para destinar 73 millones de euros para paliar los daños causados por la riada.