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PACO MORENO
Martes, 30 de octubre 2012, 08:38
Inundar un coto de caza en el parque natural de la Albufera sin fangear antes los restos de la paja del arroz. Es el último ejemplo que puso ayer el presidente de la Comunidad de Pescadores de El Palmar, José Caballer, sobre el perjuicio por la pudrición de los restos vegetales, que ya han provocado muertes de peces en acequias como Malta, Pas Podrit y Reina, con la clara amenaza de extenderse al propio lago en unos días.
Ahora ya parece difícil que esta temporada se solucione un problema eterno que enfrenta a los pescadores con la Administración y con los agricultores de espectadores. Caballer asegura que sólo caben dos opciones, ninguna de las cuales se ha puesta en práctica este año de manera mayoritaria. La primera es la recogida de los residuos para su posible aprovechamiento, mientras que la secundaria es el fangeo para que, mezclada con el barrio, no ensucien el agua cuando se inundan los arrozales.
El presidente de la entidad indicó que los agricultores «cobran la subvención pero no hacen ninguna de las dos alternativas, por lo que el agua está ya con pudrición y el olor a descomposición por el metano es terrible».
En su opinión, el pago de las ayudas que proceden de la Unión Europea deberían vincularse a la recogida o fangeo de la paja del arroz. La quema está prohibida al tratarse de un parque natural, en contraste con el perjuicio que sufrían hace años enfermos crónicos por dolencias respiratorias en l'Horta y barrios del sur de Valencia, que debían padecer durante días una neblina de humo casi permanente.
La temporada de pesca finalizará en febrero, en lo que se refiere a la anguila, mientras que la llisa seguirá vigente hasta el próximo junio. Caballer habló también del daño que supone la falta de dragado de las golas del Pujol y de El Perellonet, en la actualidad taponadas con arena debido también a la presencia de los buques embarrancados en El Saler desde el pasado 28 de septiembre. Uno ya fue remolcado al puerto hace días, aunque la regeneración del litoral tardará en realizarse varios meses.
«Cuesta más hacerlo mal que bien», sentenció el presidente de la entidad sobre este asunto. Los pescadores han pedido varias veces el dragado con regularidad de las bocas de las golas, para permitir la entrada y salida de la pesca. El problema se produce al combinar los intereses de los arroceros con los pescadores, en relación al nivel de agua que debe tener el lago de la Albufera a lo largo del año.
«Cuando se quiere arreglar, ponen en marcha las turbinas y entonces es peor, porque gastan dinero y matan la pesca». El Ayuntamiento indicó que las golas podrían dragarse en el caso de que la arena se necesite para la regeneración de la playa de El Saler, aunque esto es una cuestión aún por decidir.
Sobre la pudrición de las aguas, comentó que otro problema añadido es «la mala imagen que se produce de cara al turismo, algo que cada día debe tenerse más en cuenta en el parque de la Albufera». Precisamente el plan de usos está ahora en proceso de alegaciones al caducar la normativa este año.
Una de las sugerencias remitidas por el Ayuntamiento a la Generalitat es que se permita la rehabilitación de edificios existentes para el turismo rural, como un aliciente más a que se conozcan las bondades del parque natural.
Este año, el gobierno municipal ha reiterado la prohibición de la quema de la paja del arroz. El concejal de Devesa-Albufera, Vicent Aleixandre, anunció que se ha permitido a un empresario la recogida de los residuos en campos.
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