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R. E.
Viernes, 16 de noviembre 2012, 19:50
Calle Don Juan de Austria. Vía peatonal por excelencia. El miércoles 14 de noviembre dos mujeres desayunan en una terraza de una cafetería. Es jornada de huelga general, 14-N para remarcarlo en el calendario. La calle tiene actividad. No todos secundaron el paro. De repente, la aparente tranquilidad se ve invadida por la algarabía de un piquete sindical que, en teoría, llega con una función informativa. Entre la masa, una chica que terminó arrojando un cortado sobre los documentos de la clienta de una cafetería. Pero, ¿quién es la joven agresora?
Con el pelo rizado, pañuelo rojo con rayas, sudadera negra, vaqueros y zapatillas se erigió en protagonista una chica de la que los principales sindicatos se desvinculan. Dos cortados y una pila de folios fueron suficientes para concentrar las iras de los representantes sindicales que el miércoles increparon a las dos mujeres y criticaron su libertad de trabajar.
Las voces contra las dos mujeres que desayunaban en la terraza dibujaron en sus rostros una medio sonrisa por la incredulidad de verse envueltas por los piquetes y la sorpresa de ser el centro de las críticas al grito de «esquirolas». El gesto agrandó la cobardía de la joven del pañuelo rojo que, como primera acción, intentó por la espalda arrebatarle los folios a una de las mujeres. La propietaria de los documentos, hábil, echó mano a sus papeles con un recio manotazo antes de que la intrusa intentara tirarlos al suelo. Incluso la agredida señaló que tenía familiares en el paro y que conocía muy bien los motivos de la protesta. Su confesión no le salvó.
En ese momento, una joven con una bandera de la UGT se puso a increpar a la mujer de los folios. Su compañera de mesa bastante tuvo con capear el temporal de otro grupo de sindicalistas que no pararon de afearle su posición ante la convocatoria de huelga.
Uno de los sindicalistas, de los que también atosigó a las dos mujeres, colocó una pegatina de «Cerrado por huelga general» sobre la mesa. Fue el momento clave. La joven del pañuelo rojo, siempre por la espalda, cogió el vaso del café y lo derramó sobre los folios de una de ellas. Una vez consumada la agresión desapareció tras su pañuelo entre el gentío del piquete, que en ningún caso intentó detenerla.
La pregunta de quién es no tiene respuesta. Nadie lo sabe. Lo cierto es que durante toda la mañana la chica del pelo rizado, la sudadera negra, los vaqueros y las zapatillas deportivas fue una de las personas más activas del piquete. No lució ni pegatinas ni enarboló bandera alguna.
Se dejó ver en la calle La Paz y ya en la plaza del Ayuntamiento se encaró con los trabajadores de una cafetería. Acto que repitió en la calle Las Barcas y que alcanzó su máximo protagonismo en la terraza de una de las cafeterías de Don Juan de Austria. Anduvo junto a otros jóvenes de una estética similar.
Pese a ir en la serpiente sindical, ninguna de las organizaciones identificó a la joven del pañuelo como una de las suyas. El vídeo publicado por lasprovincias.es fue muy visto pero nadie acertó a poner nombre y apellidos a la chica. Ofelia Villa, una de las históricas de CC.OO. y que fue testigo de la acción, afirmó a este periódico que no la conocía: «Me dejó muy sorprendida. Tuvo un arrebato, vio el café y lo lanzó». «Fue una situación producto de la tensión», explicó la dirigente, aunque de inmediato reprobó su conducta. Villa reconoció haber preguntado en el sindicato por el origen y procedencia de la joven que causó el problema, pero nadie la conoce. «A mí me dejó sorprendida porque aprovechó la confusión para hacerlo y después desapareció». Villa sí que censuró la actitud de otras compañeras que no actuaron correctamente, por ejemplo, en un centro escolar.
Luis Lozano, de la FSP-UGT, que fue grabado mientras tiraba al suelo una mesa de la terraza de una cafetería, tampoco la identificó: «En los piquetes siempre va gente joven. He visto el vídeo pero la verdad es que no identifico a este joven». Otros cargos de UGT rastrearon las redes sociales con participación sindical sin lograr ponerle cara. Desde Intersindical Valenciana tampoco identificaron a la joven como parte de la organización: «He visto las imágenes pero tampoco sé quién es esa chica ni creo que sea de Intersindical», apuntó Adél Francés.
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