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L. NOS CRUZADO
Domingo, 2 de diciembre 2012, 01:24
«Cáritas no puede por sí misma atender las necesidades urgentes derivadas de la situación de crisis, por lo que necesitamos colaboración». Este es el llamamiento de socorro realizado esta misma semana por el director de la ONG en Castellón, Juan Manuel Aragonés, quien explicó que desde el inicio de la crisis hasta ahora se ha pasado de atender a unos 15.000 personas al año a más de 20.000.
Esta cifra, dada a conocer durante la presentación del balance de las actuaciones realizadas por Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón durante el pasado 2011, revela la magnitud de una crisis que, tal y como detalló Aragonés, ya no hace distinciones de género, nacionalidad, ni clase. Una crisis que ahora, más que nunca, obliga a recurrir a ese espíritu navideño capaz de despertar el carácter más solidario de las personas.
Y es que el hecho de que cada vez sean más las personas que necesitan ayuda para comer, pagar facturas y, en definitiva, sobrevivir, ha dejado a muchas entidades en números rojos. Según Aragonés, «actualmente Cáritas sólo dispone de 14.691 euros de remanente», lo cual hace «más que necesaria» la colaboración de las entidades públicas pero también de los ciudadamos con más recursos.
Por este motivo, la entidad ha activado por quinto año consecutivo la campaña 'Ante la crisis: ¡Ayudémonos!', con la que se pretende recaudar fondos para garantizar la continuidad de su solidario servicio.
Asimismo, el director de la organización alertaba del drama de los desahucios y anunciaba la puesta en marcha de una comisión de vivienda para mejorar la atención a las personas afectadas por esta problemática. Y es que si bien es cierto que Cáritas lleva ya tiempo dando servicio a las personas que no pueden afrontar el pago de sus hipotecas o alquileres, «en los últimos tres años se han duplicado las atenciones».
Pero no sólo Cáritas ha visto desbordadas las peticiones de ayuda, sino que la mayoría de ONG y entidades sociales de la provincia han podido comprobar como desde 2007 a esta parte son cada vez más y más las personas que recurren a sus servicios. El albergue municipal, por ejemplo, ha pasado en sólo un año de contar con 21 camas a 39. Cruz Roja ha dejado atrás las 7.300 atenciones contabilizadas hace cinco años para situarse en torno a las 16.000. Es la cara más dura, pero también solidaria, de la difícil coyuntura económica actual.
Mayor concienciación
No obstante, lo cierto es que, aunque muchas de estas organizaciones lo están pasando realmente mal por la falta de fondos y los recortes de las subvenciones recibidas por algunas administraciones, poco a poco las diferentes instituciones van concienciándose también de la necesidad de contribuir a una causa cada vez más necesaria.
Así pues, desde hace ya algunas semanas son muchos los ayuntamientos que han ido aprobando medidas para ayudar a los afectados por ejecuciones hipotecarias. Desde la puesta en marcha de servicios de asesoramiento legal gratuito hasta la cesión de viviendas sociales.
Todo ello por no hablar de las tradicionales, pero en esta ocasión reforzadas, campañas de recogida de alimentos para quienes más lo necesitan. Y es que cuando se acerca la Navidad, todos, ciudadanos y entes públicos, sacan tiempo para la solidaridad.
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