El precio del arte valenciano

Ser cotizado no es un fin en sí mismo para ningún artista. Con un dólar en la mano ni se pinta, ni se crea. Quizá la excepción a la norma sea Damien Hirst, quien ha escrito nuevas normas para el mercado del arte e incluso las ha impuesto a base de calaveras, terneras y tiburones.

No existe el Damien Hirst valenciano, pero sí autores de la Comunitat anhelados por las casas de subastas, reconocidos por la crítica y valorados por los coleccionistas. Sus creaciones, cómo no, se tasan en euros, libras o yenes. Los propietarios del talento no fijan sus precios.

En París, Sotheby's subastará dos piezas de Manolo Valdés (Valencia, 1948) el próximo martes: la escultura 'Menina' (precio de salida entre 60.000 y 80.000 euros) y 'La infanta María Teresa de España' (entre 180.000 y200.000 euros). Uno de los fundadores de Equipo Crónica tiene a mano, mejor dicho, a golpe de martillo, pulverizar su mejor marca: la pintura 'Matisse como pretexto' fue vendida por 505.000 euros el pasado octubre en una puja celebrada por Christie's en Madrid.

¿Por qué triunfa Manolo Valdés? La galería Marlborough, que representa al artista, responde: «Es uno de los grandes artistas internacionales con una trayectoria prestigiosa. Es un valor seguro, no pasa de moda y sorprende en cada obra. Su demanda no se ha visto afectada», destacan. Hasta el 26 de mayo de 2013, Valdés expone sus esculturas en el Botanical Garden de Nueva York.

Si usted tiene sensibilidad artística y mucho 'cash', puede adquirir piezas de Valdés en la galería Marlborough: pintura (más de 400.000 euros), escultura (195.000 euros) y obra gráfica (a partir de 2.500 euros).

La proyección internacional y la presencia en galerías y ferias extranjeras favorece la pujanza en el mercado del arte. Sólo el talento consagrado está al alcance de esta promoción. Este también es el caso de Miquel Navarro (Mislata, 1945). «La cotización de un artista es fluctuante. Estar hoy al alza no es un valor seguro. En un precio influyen criterios artísticos y otra ves intereses de un lobby. A mí no me quitan las obras de las manos... y creo que a nadie», explica el autor de 'La Pantera Rosa'. Navarro, que trabaja con varias galerías dentro y fuera de España, es sincero: «A mí me gusta sentirme querido y así lo siento, con independencia de mi cotización. Me gusta estar presente en museos y en colecciones privadas». Así se expresa uno de los maestros de la escultura, quien vende ciudades por 2.000 euros aunque por otras piezas los amantes del arte hayan desembolsado más de 600.000 euros. «Eran otros años -matiza-. La crisis afecta a todos».

Andreu Alfaro (Valencia, 1929) obtiene el bronce en el ránking de los artistas más valorados, según Artprice, una herramienta empleada por los museos, las galerías y las casas de subastas de todo el mundo. Esta base de datos incluye a 507.110 artistas y 27 millones de indicadores de precios desde 1987.

Este podio, quizá, dentro de un año estará desfasado, o bien, el orden de los nombres se habrá alterado. El talento raramente abandona a los ya consagrados, pero su tasación varía, oscila o titubea. El mercado del arte no está exento de su lado oscuro, dominado por criterios especulativos.

Juan Genovés (Valencia, 1930) es otro de los cotizadísimos. Su galería también es Marlborough, que trabajó con él en Londres cuando aún no había abierto la sede en Madrid. «Los coleccionistas tienen interés tanto en sus obras de crítica social de la época de franquismo, como las creadas desde 2003, más vitalistas y más matéricas. Quizá estas últimas tengan ahora más demanda», señalan desde el centro cultural. «Es uno de los grandes maestros, muy bien posicionado y que se revaloriza», agregan. Desde 88.000 euros se puede comprar pintura del autor de 'El abrazo'.

Al margen de la tasación

Juan Ripollés (Alzira, 1932) desconoce cuánto cuesta. Según sus palabras, «yo no piso moqueta, prefiero estar en el campo pintando». No es artista de despacho, aunque sus obras estén en instituciones de medio mundo. «Yo no fijo el valor de mi obra. Los precios no me dan emoción, no me interesa», argumenta.

«Hace un año vendí una escultura por 50 millones de pesetas (más de 300.000 euros). Fue a un coleccionista francés. Yo sólo gane nueve u once millones (54.000 o 66.000 euros), no lo recuerdo. Me triplican los precios, pero ¿qué puedo hacer? Yo siempre he ido al alza, pero porque trabajo mucho y me gusta mi oficio», relata.

Trabaja con varias galerías porque le desagradan «los contratos de exclusividad». Ahora tiene una exposición en Ginebra y otra en el IVAM de Valencia. Su última operación importante fue a un galerista chino: «Me compró 84 piezas que exhibe por varias ciudades de China».

Menor trayectoria tiene Antonio de Felipe (Valencia, 1965), aún así ha conocido épocas en los que sus cuadros ganaron popularidad y clientes. «La cotización se consigue a lo largo de tu carrera. En mis 20 años, me siento bien valorado», asegura.

Su obra más cara fue una Shirley Temple por la que un particular desembolsó 100.000 euros. Admite que alcanzar esta cifra ahora es más complejo: «El mundo del arte no está al margen de la crisis». Y apunta que obra de su serie Pop-Art que antes cotizaban por más de 6.000 euros se subastan por valores menores.

Su horquilla de obra y precios arranca con serigrafías de 500 euros hasta lienzos de 40.000 euros. «Quiero llegar a público distinto», detalla.

En el ranking de los artistas valencianos vivos más cotizados, según Artprice, figuran dos mujeres: Carmen Calvo (Valencia, 1950) y Elena del Rivero. La primera, artista consagrada, está avalada por una trayectoria forjada a base de talento durante más de 30 años. Sus piezas salen a subasta a partir de 13.000 euros, pero su obra está al alza entre coleccionistas que están dispuestos a cuadruplicar dicha cantidad. Trabaja con galerías europeas.

Sucede lo mismo con Elena del Rivero (Valencia, 1952). En una puja de 2011, su obra 'Artemis the Cloud' de 2003 se adjudicó por 10.000 euros. Desde su galería en Madrid, Elvira González, no facilitan precios de compra de las piezas de la pintora valenciana. «Es una artista importantísima e interesantísima. Tiene mucho que decir. Tiene un lenguaje diferencial en el que vuelca su universo propio», asegura la galerista Elvira Mignoni, quien trabaja con ella desde 2001.

Una de las claves de Elena del Rivero es su proyección en Estados Unidos. «El perfil de cliente interesado en la artista tiene conocimientos de arte. Su obra funciona muy bien en Nueva York, pero también en España», apostilla.

La nómina de creadores de la Comunitat al alza se completa con Jordi Teixidor, Javier Mariscal, José María Yturralde y José Sanleón. Ellos crean y otros los tasan. Sus obras están en venta; ellos no. Su arte se cuece en los talleres y los estudios. Del resto, se encarga el mercado.