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L'Hort de Romero (Jardines de Monforte), el jardín histórico mejor conservado de la ciudad. :: I. MARSILLA
Los últimos jardines de lujo
Valencia

Los últimos jardines de lujo

Del medio centenar documentado por Ballester-Olmos, sólo han sobrevivido seis y con cambios respecto a su aspecto original Valencia pierde el 90% de sus parques históricos por el desarrollo urbano

MARINA COSTA

Jueves, 6 de diciembre 2012, 01:45

La ciudad de Valencia era hace tres siglos prácticamente un gran jardín salpicado de casas. Los antiguos planos de la veterana capital del Turia hablan de docenas de «horts», que acompañaban a casonas y palacios situados en la zona intramuros de la ciudad. A estos enclaves se sumaban sus réplicas conventuales y los claustros ajardinados en los que se cultivaban variadas plantas tintóreas (para teñir la ropa) y medicinales. Eran un híbrido entre jardín y huerto utilitario. El pulmón verde se extendía con los llamados huertos gremiales que existían junto a las casas y capillas de las distintas agrupaciones profesionales.

Ya fuera de las murallas se adherían las llamadas quintas de recreo, palacetes ajardinados de la aristocracia y la burguesía valenciana que ampliaban el manto verde de Valencia. Estaban situados en las cercanías de la Alameda, por el paseo de la Pechina o la calle Alboraya, como l'Hort del Patriarca, muy citado en los siglos XVI y XVII, o el Huerto de San Juan de Ribera.

Radiografía natural

Tres siglos después, la mayoría de estos enclaves naturales, documentados a través de planos y escritos desde el siglo XVI, han desparecido. «Del medio centenar que había sólo en la ciudad, hoy quedan seis. Estos grandes jardines históricos son los del Parterre, la Glorieta, l'Hort de Romero o Monforte, el de la Casa Benlliure y los desnaturalizados Jardines del Real», explica el investigador y profesor de Paisajismo y Jardinería, José Francisco Ballester-Olmos.

Este es uno de los datos que el profesor presentó ayer en un informe solicitado por el Consell Valencià de Cultura (CVC) para conocer el estado de los jardines históricos de la Comunitat Valenciana. La radiografía es contundente. Quedan muy pocos y los supervivientes ya no conservan su impronta original, tras sufrir múltiples transformaciones y avatares en el tiempo.

Los del Real «han sido objeto de muchos cambios estilísticos y destrucciones por lo que su personalidad original se ha perdido. Habría que recuperar algunas zonas importantes como el paseo de los tilos, lo que hoy se llama paseo Jardineros Mayores Peris, para rescatar aquel aspecto afrancesado». Ballester-Olmos también considera fundamental proseguir las excavaciones del Palacio Real para poner en valor las ruinas y completar la «correcta lectura» de los jardines.

La contrapartida la ofrecen los Jardines de Monforte, conocidos originalmente como l'Hort de Romero, al ser, tras una reciente intervención, «los mejor conservados de la ciudad». También el Jardín de los Benlliure «se encuentra en un estado excelente aunque habría que incrementar las plantas de sombra».

Uno de los tantos enclaves perdidos para siempre es el Jardín del Canónigo Pontons, de la Valencia barroca, que construyó «un magnífico palacio con un jardín». Fue uno de los mejores de Valencia. De el se conservan distintos elementos distribuidos por la ciudad como «el Tritón de la Glorieta, cuatro esculturas mitológicas en los Jardines del Real y el Neptuno del Parterre».

L'Alquería de Julià de los barones de Santa Bárbara, que combinaba jardín, huerto y bosque, sito en el paseo de la Pechina; l'Hort del Marqués de la Casta (siglos XVII y XVIII), el del Duque de Segorbe o el de los Verdes Montenegro (una familia aristocrática del XVIII) tejieron parte de la historia natural extinguida de la ciudad. En la calle Alboraya se erigía el Jardín Recreo de Teófilo (XIX) y el famoso Hort de Capuchinos con «abundante vegetación exótica».

Otros jardines que a juicio del experto necesitan más protección son el del Palacio de San Juan de la Ribera de Burjassot y l'Hort de Trénor de Torrent. Mención aparte merece el de la Albarda de Pedreguer, el jardín vernacular «más bello de toda la Comunitat», y el de mayor importancia histórica, el del Marqués de Peñacerrada en Mutxamel.

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