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La supresión de ayudas deja en el aire la teleasistencia de 3.300 ancianos valencianos
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La supresión de ayudas deja en el aire la teleasistencia de 3.300 ancianos valencianos

Cruz Roja, diputaciones y Ayuntamientos buscan soluciones para que los usuarios, muchos mayores de 80 años, no se queden sin atender el 1 de enero

B. LLEDÓ ,

Domingo, 9 de diciembre 2012, 04:08

La teleasistencia es el ángel de la guarda para muchas personas mayores en la Comunitat que viven solas en casa. Saben que, en caso de urgencia, sólo con apretar el botón rojo de la pulsera que llevan anudada en la muñeca, se activa una conexión directa con personal especializado que les atiende. Ahora, la supresión de la financiación a este servicio del Gobierno para 2013, deja en el aire la atención a miles de usuarios en la Comunitat, la mayoría octogenarios. Al menos, 3.300 de los 30.000 valencianos que cuentan con esta prestación podrían perderla a partir del 1 de enero.

«La eliminación de la línea de ayudas de teleasistencia por parte del Imserso pone en riesgo la atención a los usuarios. Por eso, estamos buscando alternativas que lo eviten», explica Rafael Prósper, coordinador autonómico de Cruz Roja en la Comunitat Valenciana.

Esta organización es una de las principales prestatarias del servicio en la Comunitat, que gestionan Ayuntamientos y diputaciones a través de convenios con el Imserso y la Federación Española de Municipios y Provincias desde 1999.

Los 3.300 ancianos a los que da cobertura en Castellón, a través de la Diputación, son los que más riesgo corren. Al quedarse sin la cofinanciación del Imserso, el organismo público no tiene capacidad para asumir todo el coste por lo que no puede continuar prestando el servicio.

La única solución que se plantea es integrar a estos afectados a la línea de teleayuda, un servicio mucho más básico de socorro que simplemente conecta la llamada a algún familiar del anciano.

En estos momentos, Cruz Roja está haciendo un enorme esfuerzo «para optimizar el servicio» en toda la Comunitat y poder llegar a todos, explica Prósper. ¿Cómo? Buscando nuevos financiadores, optimizando recursos y ajustando los costes (por ejemplo, adaptando la terminal a las necesidades concretas de cada usuario). «Retirar los terminales supondría una gran fractura social y los organismos públicos lo saben», apunta el coordinador en la Comunitat.

Por ello, la Diputación de Alicante ha anunciado que mantendrá el servicio el 2013 haciendo un «enorme esfuerzo» aunque no ocultó que la teleasistencia en 2014, podría depender de un copago que variaría en función de la renta y otros parámetros. También el Ayuntamiento de Valencia busca fórmulas para mantener el servicio sin reducir terminales.

«Estamos muy preocupados por la situación actual», asegura Prósper. Una de las ventajas que proporciona la teleasistencia es que el anciano puede quedarse en su casa aunque viva solo ya que en caso de urgencia (por ejemplo ante una caída), pulsan el botón rojo y se ponen en contacto con un operador de la entidad.

Más que teleasistencia

Pero el servicio que presta Cruz Roja va mucho más allá. Mireya Cloquell, responsable de teleasistencia en Valencia, explica que el servicio también cuenta con agendas de seguimiento (donde el voluntario se pone en contacto con ellos de forma periódica), agendas de mediación (para recordarles, por ejemplo, citas médicas) y agendas de soledad. «También permite detectar casos de vulnerabilidad, por ejemplo, al acudir a una emergencia y ver que no hay comida en la nevera o que las condiciones higiénicas de la vivienda no son las adecuadas», explica.

Muchos de los beneficiarios de la teleasistencia son mayores de 80 años. Nieves es una de ellas. Tiene dos hijos, dos nietos y cinco biznietos y vive sola en Valencia. Hace un tiempo la operaron de la rodilla y anda con dificultad.

«Sé que si me tropiezo y me caigo en casa, basta con apretar el botón rojo para contactar con Cruz Roja. Si me quitaran el servicio no sé qué haría», cuenta esta octogenaria, que pasa las horas haciendo sopas de letras, una de sus grandes aficiones.

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