Caravanas de toda Europa peregrinan a Tavernes

Turistas alemanes, holandeses, suizos, franceses e italianos han acampado en la zona sur de la playa de Tavernes de la Valldigna. Estos viajeros han aparcado más de cien caravanas junto al mar y disfrutan de los meses de invierno en un entorno cálido y soleado. Eso es lo que buscan, ya que huyen de las zonas frías del centro de Europa.

La Valldigna ha sido el paraíso que han escogido para descansar. Entre sus actividades destacan la lectura, los paseos junto al mar o pequeños trayectos en bicicleta. El centenar de vehículos se amontona en un gran descampado entre el mar y algunas parcelas de naranjos.

Los nuevos vecinos de Tavernes han recorrido miles de kilómetros para disfrutar del buen clima y de la tranquilidad de la costa mediterránea. Para los residentes de la Vall esta avalancha de viajeros continúa siendo un curioso fenómeno que va en aumento durante los últimos años.

La zona de acampada, conocida como Padur, dispone de dos parcelas que en verano sirven de aparcamiento y que en invierno se convierten en estos particulares 'hoteles' para los europeos. Este recinto figura ya en algunas webs de amantes de los viajes en caravana.

El perfil de este turista responde a personas de avanzada edad que provienen del centro de Europa. De hecho, la zona parece una pequeña torre de Babel, ya que se escuchan diálogos en italiano, alemán, holandés y otras muchas lenguas. Estos turistas han formado un poblado itinerante en el que ya todos se conocen y prácticamente forman una comunidad.

Pero la presencia de estos vecinos europeos no se traduce en más trabajo para los establecimientos de Tavernes. Los hosteleros lamentan que estos viajeros sólo busquen tranquilidad y no dediquen parte de su tiempo a consumir en bares o restaurantes: «Son gente tranquila, se limitan a comprar en el supermercado aquello que necesitan y poco más», dijo el propietario de un bar de la playa.

Ellos, por su parte, sostienen que no buscan nada más de lo que han encontrado en Tavernes: «Una gran explanada junto al mar, una fuente para tomar agua y mucho sol», ta y como relató Francesca Favaro, una turista procedente del Valle de Aosta e. «El buen tiempo ha sido el factor por el que hemos llegado hasta aquí. Hay mucho sol y temperaturas cálidas», concluyó.