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MARINA COSTA
Jueves, 27 de diciembre 2012, 02:55
«Es que te quedas sordo si estás mucho tiempo aquí. Chillan a todas horas, especialmente por las tardes, y es que no oyes ni lo que te dice el compañero. Montan verdaderos escándalos». Manolo mira hacía arriba y dirige el dedo hacía uno de los eucaliptos de los jardines del ayuntamiento de Moncada, donde revolotean decenas de pequeños loros verdes de pecho gris. Una colonia de 700 cotorras ha hecho de esta zona su particular bloque de edificios.
Y es que las veteranas palmeras, pinos y eucaliptos de este punto del casco urbano parece que son del agrado de esta especie, que ha decidido colocar sus nidos en los puntos más elevados de estos altos ejemplares.
Mientras las cotorras disfrutan de su particular zona residencial dedicadas por completo al parloteo, unos metros más abajo, los sufridos vecinos tratan de salvar la ensordecedora cháchara que se extiende a diario sobre sus cabezas. Desde luego, las cotorras de Moncada ya se han ganado a pulso su merecida fama de ruidosas. «Hace unos años se veían unas cuantas y armaban algo de escándalo pero es que ahora hay cada vez más y el ruido que arman todas juntas es imposible de aguantar. A mi, particularmente, me molesta bastante», explica la camarera de un bar muy próximo.
Según los datos con los que cuenta el Consistorio, las primeras cotorras sobrevolaron Moncada hace una década, aproximadamente, pero poco a poco han ido asentándose hasta formar una nutrida colonia. La zona más afectada es la de los jardines contiguos al Consistorio pero también se han localizado decenas de cotorras «en la casa de Ponsoda y en la zona de la estación del Seminari».
Las quejas y molestias por el ruido han obligado al Ayuntamiento a buscar una solución. De hecho, ya se ha remitido el problema a la Conselleria de Medio Ambiente para obtener una respuesta sobre cómo poder cazarlas o de qué manera se podrían retirar los enormes nidos, en los que pueden convivir numerosas parejas. Estas estructuras, elaboradas con ramitas trenzadas, pueden pesar bastante, lo que puede suponer en problema en caso de desprendimiento.
Diagnóstico en enero
La solución para los vecinos de Moncada llegará el año que viene. «Ya nos han confirmado que técnicos de la Conselleria visitarán la zona entre los días 2 y 4 de enero para hacer un diagnóstico y ver de qué manera se pueden retirar los nidos o cuál sería el método permitido de captura», según explican fuentes de la Corporación.
Las cotorras llegaron a España en los años setenta, su origen es de Sudamérica, y durante los últimos años esta especie exótica ha ido colonizando algunas zonas con núcleos estables de cría «en determinadas áreas urbanas del litoral mediterráneo como Cataluña, Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía», según fuentes de la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife).
Su uso como mascota provocó sueltas deliberadas o fortuitas que han permitido que esta especie prolifere, pues se adapta con facilidad a todo tipo de hábitats. «Al no tener aquí una réplica depredadora gozan de una alta tasa de reproducción». Uno de los problemas que generan estas aves es que sus «hogares», preferiblemente instalados en parques y jardines, pueden tener dimensiones considerables. Hasta 30 cámaras en un solo nido.
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