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Culturas

Cuentas pendientes para 2013

La nueva consellera deberá buscar soluciones para las Naves de Sagunto y la Ciudad de la Luz, dos megaproyectos sin uso Reorganizar los institutos culturales y salvar el San Pío V, prioridades para el año que comienza

MIKEL LABASTIDA

Sábado, 5 de enero 2013, 03:30

Con una reducción del 34,6% en los presupuestos de la Generalitat, con respecto al ejercicio anterior, la Conselleria de Cultura se enfrenta a un año plagado de incertidumbres y con poco margen de actuación. La aportación estatal tampoco ayuda. Sólo se ha reservado dinero para la restauración de la catedral de Valencia (77.000 euros) y las murallas de Peñíscola (35.000 euros). Además, la consignación para el IVAM y el Palau de les Arts ha descendido considerablemente. No será fácil, con estas exiguas cifras, satisfacer a un sector revuelto por la creación de CulturArts, el holding que unirá a todos los institutos culturales, con el fin de aunar sinergias y ahorrar.

Ni un euro para las obras de urgencia

La segunda pinacoteca española se enfrenta, un año más, a un estado de abandono en el que lleva instalada desde hace años. La partida prevista en los presupuestos generales del estado para 2011 se perdió al no licitarse ninguna de las obras «de urgencia» que la exconsellera Lola Johnson había anunciado. Para 2013 no hay dinero consignado. La quinta fase de ampliación del San Pío V tendrá que esperar a tiempos mejores. Lo que no parece que pueda aguardar más son algunas actuaciones de rehabilitación más que necesarias. La fachada de este edificio, de titularidad estatal y gestión autonómica, se cae a pedazos, los remates del friso superior se hallan erosionados y algunas zonas del museo han tenido que ser cerradas debido a las humedades. El fondo de armario de la pinacoteca será la mejor baza con la que jugará la directora del San Pío, Paz Olmos, para dotarlo de actividad. A falta de presupuesto para exposiciones hay que recurrir a las piezas de la colección que no se exhiben. Que son muchas. Tantas que ni caben. La mayoría están apiladas en el almacén.

Un conglomerado en el que no caben todos

La gestión de los institutos culturales está prácticamente paralizada. Así lo reconocen, en voz baja, algunos directores generales. Todos se hallan a la espera de saber cómo se canalizará CulturArts, un holding que aunará las unidades artísticas de la Generalitat que perderán, de este modo, su independencia y deberán trabajar con presupuestos y programaciones comunes. La única excepción será al IVAM, aunque el anterior equipo de Cultura ya advirtió de que también el museo tendrá que recortar.

El objetivo del nuevo holding es permitir una reducción del 20% del presupuesto y del 40% de las plantillas. Se sabe poco sobre él. Se anunció que estará dividido en seis unidades (Teatro, Lírica, Música, Audiovisual, Conservación y Artes Plásticas) y poco más. Habrá un supervisor en cada área, aunque ya se ha dejado caer que no hay sitio para todos los directores generales. Alguno deberá abandonar el barco. Las plantillas de los institutos culturales y el propio Consell de Cultura han elevado su voz en contra del proyecto y, sobre todo, del hermetismo que reina alrededor suyo.

Las ampliaciones que nunca llegan

En tiempos de bonanza económica no hubo museo que no anunciase una ampliación. En Valencia todos están pendientes de la suya, aunque ninguna resulte tan urgente como la del San Pío V. La más popular durante un tiempo fue la del IVAM, con piel (ahora olvidada) incluida. Para 2012 había un presupuesto para obras y actuaciones de 700.000 euros, que apenas se utilizó (más allá de una limpieza de la fachada trasera del edificio). La partida para el año que comienza no llega a la mitad. Hace ya dos años que se inició el derribo de edificios alrededor del museo para comenzar la ampliación. El González Martí, de titularidad y gestión estatal, ha estado durante un año en obras. Ahora, al fin, luce sin ningún andamio. El anterior gobierno socialista anunció que se estaba estudiando adquirir el inmueble colindante del museo para ampliarlo pero aquel propósito, como otros, cayó en saco roto. La rehabilitación del ala oeste y norte del Centro del Carmen que quedó pendiente en la reforma inaugurada en 2011 tendrá que esperar. Al menos hasta 2014.

La desaparición de las salas públicas

Hace unos años, no tantos, Teatres se encargaba de programar cinco salas en Valencia. Los grandes títulos iban al Principal, los espectáculos de compañías valencianas se reservaban para el Talía, los montajes más alternativos se representaban en Espai Moma, las producciones propias encontraban su hueco en el Rialto y la sala Moratín se utilizaba para piezas más experimentales. En 2013 este organismo únicamente gestionará propuestas para el Principal y el Rialto. El teatro público está en peligro de extinción. La última pérdida ha sido la del Talía que, desde este mismo mes, pasará a manos de Olympia Metropolitana que, lógicamente, aplicará en él criterios comerciales. Los mismos que rigen (principalmente) La Rambleta y el teatro El Musical, de titularidad pública pero de gestión privada. Es la única manera de que sean rentables. Con esta coyuntura Valencia se queda con pocas posibilidades de acoger montajes más experimentales. El Principal prefiere jugar sobre seguro y apuesta para los primeros meses del año por musicales como 'La Bella y la Bestia'. La idea de programar en la sala Martín y Soler queda, por el momento, en un cajón.

En busca de comprador para los estudios de cine

Se vende Ciudad de la Luz. El cartel no se encuentra colgado en las inmediaciones de los estudios cinematográficos alicantinos pero la oferta de compra ya es oficial. Durante un tiempo se negó, pero la realidad ha demostrado que aquel proyecto no tiene futuro y es un agujero sin fondo. Hay interesados. Sólo falta resolver un escollo: que prospere el recurso presentado por la Generalitat y el Gobierno contra la decisión de la Comisión Europea de declarar ilegal la ayuda pública de 265 millones de euros para la construcción del complejo. Hasta que este asunto no se solucione no se podrá iniciar ninguna negociación y la Generalitat deberá seguir asumiendo los gastos que acarrea el gran proyecto, que se construyó con el vano deseo de que Alicante acogiese 'la California europea'.

La falta de una estrategia clara para atraer rodajes de producciones internacionales hasta los estudios valencianos ha sido una de las principales razones por la que la Ciudad de la Luz no ha logrado los deseados frutos que un día auguró el cineasta Luis García Berlanga, principal impulsor de este ambicioso complejo.

El futuro de Helga Schmidt

La intendente Helga Schmidt ha causado en los últimos meses más de un quebradero de cabeza en el Consell. Su salario y sus exigencias a la hora de programar en el Palau de les Arts chocaban con una disciplina de austeridad y de aprovechar recursos impuesta en la Generalitat. Su contrato finaliza en unos meses y ella está dispuesta a continuar. Pero falta negociar las condiciones. Ella ha mostrado voluntad de acondicionarse a las complicadas cuentas de las arcas públicas. Schmidt perdió un 60% de su sueldo (a pesar de disponer de contrato blindado) con la homologación de honorarios de directivos del Consell. Pasó de cobrar 180.000 euros al año a 68.000. De CulturArts prefiere no hablar. Asegura que no conoce el proyecto, pero es consciente de que con el nuevo holding perderá la independencia a la hora de programar. Una nueva renuncia que sumar a otras como la de preservar el Palau sólo para funciones líricas. El auditorio está infrautilizado, por lo que ha de abrirse a otras propuestas, como ya se ha hecho con las bandas de música y con conciertos como el de Julio Iglesias o Pablo Alborán.

Las Naves de Sagunto, eternamente cerradas

Con la eliminación de la Fundación de las Artes el proyecto de la Ciudad del Teatro se entierra definitivamente. Hay que trasladarse a la época en que Consuelo Císcar era secretaria autonómica de Cultura para recordar la idea de convertir Sagunto en laboratorio escénico. Unas antiguas naves industriales se erigieron como el emblema de este complejo y personalidades como Irene Papas o Bigas Luna llegaron hasta Valencia para hacer realidad el sueño. Eran los tiempos de las Bienales de grandes presupuestos, esos que aún se adeudan y que todavía arrastraba la Fundación de las Artes.

Otra de las deudas de esta entidad era la adquirida por la rehabilitación de las Naves de Sagunto, que se acondicionaron para albergar montajes escénicos como 'Las Troyanas' o 'Las comedias bárbaras'. La necesidad de invertir una elevada cantidad de dinero cada vez que se programaban representaciones en ellas impidió nuevas convocatorias y, desde hace años, las Naves permanecen completamente cerradas y sin uso. Aún así generan unos considerables gastos de mantenimiento. El principal problema es la titularidad de este espacio. A pesar del dinero que ha destinado a su recuperación, la Generalitat no es la propietaria de las Naves. Ahora le tocará decidir si las pierda (y con ellas el dinero invertido) o las mantiene y les busca alguna utilidad.

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