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Una alumna realiza unas comprobaciones en el vehículo minutos antes de comenzar su examen, ayer, en la zona de Tres Forques. :: IRENE MARSILLA
Las autoescuelas denuncian las prácticas de coche clandestinas en plena ciudad
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Las autoescuelas denuncian las prácticas de coche clandestinas en plena ciudad

Decenas de jóvenes realizan el nuevo examen de Tráfico en las zonas de Campanar y Tres Forques

A. RALLO

Miércoles, 23 de enero 2013, 01:14

La aplicación del nuevo examen práctico para obtener el carné de conducir arrancó ayer para miles de alumnos. La crisis económica ha sacudido los cimientos de todos los sectores. La seguridad vial también se ha visto afectada por los recortes salariales y el paro. Hay menos dinero para que los padres costeen el carné de los hijos. En ese contexto ha surgido una peligrosa práctica que, además, se trata de un delito. Familias que circulan con sus hijos, aspirantes a obtener el carné, en plena ciudad.

La típica lección del padre que enseña al hijo siempre ha existido. Sin embargo, hace años estas 'practicas clandestinas' se limitaban a los fines de semana en los polígonos industriales y determinadas urbanizaciones, zonas donde el tráfico es inexistente. Ahora, la necesidad por ahorrar ha llevado a familias a arriesgarse y trasladar estas lecciones a las ciudades, a las zonas de examen, según denuncian desde la Asociación de Profesores de Seguridad Vial de Valencia.

LAS PROVINCIAS se desplazó ayer a la zona de Tres Forques, lugar de partida para medio centenar de aspirantes a obtener el carné. Tres de los profesores consultados alertaron del peligro de estas lecciones impartidas por los propios padres. «Nos preocupa esto. El teórico profesor -el familiar- es una persona no profesional que no puede controlar el vehículo en caso de que surja algún problema. Estamos viendo alumnos haciendo prácticas en la propia zona de examen», reiteró.

La asociación comunicó hace un tiempo esta situación a la Jefatura Provincial de Tráfico ante el riesgo que puede entrañar para el resto de usuarios de la vía. Desde la entidad se ha trasladado la incidencia a la Policía Local. Un profesor relataba ayer una anécdota ilustrativa de que realmente esta situación se da en algunos jóvenes. «Un alumno no recordaba cómo se ponía la marcha atrás. Si sólo ha cogido este coche no parece muy lógico que se le haya olvidado».

Los cambios del examen básicamente consisten en que los alumnos deberán demostrar que saben circular sin indicaciones del examinador, en lo que se conoce como conducción autónoma.

El presidente de la Asociación de Examinadores de Tráfico de España (Asextra), Joaquín Jiménez, advirtió de que los diez minutos de conducción autónoma no es lo mismo que «ir por donde a uno le dé la gana». Además, señaló que en caso de que el examinador detecte que el aspirante ha memorizado el camino para no encontrar sorpresas, le puede cambiar el recorrido.

Conducción eficiente

De igual modo, otra de las novedades es que se valorará la conducción eficiente, por ejemplo utilizar el freno motor -reducir velocidad con el uso de las marchas- o no revolucionar el vehículo. Unas practicas que no suelen ser frecuentes «ni siquiera en conductores avezados».

Otra de las variaciones respecto al modelo anterior es que el examinador de Tráfico será quien comunique la nota al aspirante, así como una breve explicación de los fallos cometidos durante la prueba. El sindicato CSI.F recomendó el pasado domingo que lo hagan delante de comisarías en los casos en los que perciban riesgo. Temen sufrir agresiones o insultos.

«Antes ya comentábamos los fallos a los alumnos en determinados casos. No es que haya miedo, pero no todo el mundo reacciona de la misma manera», comenta un examinador que prefiere mantenerse en el anonimato. Maite Purriños, profesora, apunta que se trata de un reto para el personal de Tráfico que no conoce la «impulsividad» de algunos alumnos. Mario Herreros, también profesor, asegura que avisaría previamente al examinador si cree que puede producirse una situación de peligro.

Otra de las consecuencias indudables de la crisis es la reducción del número de practicas que realizan los alumnos antes de presentarse a la prueba. «Hacen unas 15 sesiones menos que los años de bonanza. Antes se solía acudir al examen con unas 40 prácticas», apunta Herreros. La consecuencia no es otro que un repunte en el número de suspensos.

Benjamín Portales, otro de los profesores que ayer acudieron a la zona de examen, también comenta esta situación. «Se trata de un ahorro que, en ocasiones, puede ser engañoso. Recomendamos más practicas y, en ocasiones, piensas que les quieres sacar más dinero cuando la realidad es que queremos que se presenten preparados. Si suspenden es más gasto».

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