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Urgente La Generalitat activa la alerta máxima por altas temperaturas en 16 comarcas de la Comunitat Valenciana
Un hombre frente al 'Retrato con sombrero sobre fondo amarillo' de Manolo Valdés. :: EFE
Culturas

Las galerías valencianas asaltan las ferias de Madrid para compensar la caída de ventas

Los galeristas de la Comunitat no han cobrado desde 2010 las ayudas que la Generalitat concede para asistir a los certámenes

CARMEN VELASCO

Jueves, 14 de febrero 2013, 03:24

Atrás quedaron los días en el que se buscaba la pieza más transgresora o las rarezas. Con el IVA al 21% y la crisis económica comiendo el terreno, el arte contemporáneo se juega su futuro en las ferias. Riesgos, los necesarios. Calidad, la máxima. Especulaciones, las justas. La hecatombe financiera conlleva cierta depuración del mercado que, en algunos casos, ha fagocitado a galerías con prestigio.

Lo llaman austeridad pero para otros es supervivencia. Y con este último deseo, resistir, acuden numerosas galerías valencianas a las distintas ferias de arte contemporáneo que hasta el domingo se celebran en Madrid. Montan expositor en ARCO, Art Madrid o Just Madrid para compensar la caída de ventas que soportan desde hace años. Sólo yendo a estos certámenes, de los que carece Valencia y también Barcelona, se puede salvar el negocio o cerrar el balance.

Es cita obligada acudir a estas ferias no sólo por una cuestión de cuadrar las cuentas, sino también por conservar los contactos con los coleccionistas (privados o públicos), mostrar la visibilidad a las instituciones, promocionar a los artistas y madurar colaboraciones expositivas. En definitiva, para mantenerse y sentirse vivos.

«Acudir a ARCO es una forma de medir la temperatura al arte contemporáneo, porque en Valencia el movimiento es nulo», aseguró Nacho Valle. Su espacio, la galería Valle Ortí, hizo negocio en las primeras horas del certamen: vendió piezas a coleccionistas de Bélgica y Copenhague. Incluso el IVAM adquirió una obra de Xavier Arenós (Castellón, 1968) en Valle Ortí.

Este dato evidencia la necesidad de exhibirse en Madrid, incluso sin que la Generalitat cumpla su parte del trato. El Consell adeuda a las galerías de la Comunitat el importe de tres años de las ayudas por asistir a los certámenes, es decir, tiene pendiente de pago desde el ejercicio 2010. En el caso de Valle Ortí, la cantidad asciende a los 50.000 euros. «Esta deuda es una zancadilla a los proyectos de la galería», admitió Nacho Valle.

Cánem es otra habitual de ARCO. Su propietaria, Pilar Dolz, reivindica la existencia de la galería en las ciudades porque se atiende mejor al público, «aunque a la gente le cueste entrar». Su espacio está en la capital de la Plana: «En un día he tenido más clientes que todo un mes en Castellón». Añadió: «Se palpa buen ambiente. Estar en ARCO es una oportunidad de negocio irrechazable».

A este certamen, que ayer inauguró su 32º edición en el recinto ferial madrileño con la participación de 201 galerías de 27 países, acuden Espai Visor, Luis Adelantado, Rosa Santos, además de Cánem y Valle Ortí.

La galería Punto estuvo en ARCO durante 25 años. Un cambio de dirección en la feria expulsó a la veterana que este año hace doblete: asiste a Art Madrid y a Just Madrid. Su presencia en la primera es con obra de artistas consagrados (Manolo Valdés, Miquel Navarro, Carmen Calvo, Tàpies, Feito o Jorge Ballester) y en la segunda con tres artistas emergentes (Tania Blanco, Pedro peña y Alicia Moneva).

Nacho Agraït consideró que ahora es el «mejor momento para comprar arte contemporáneo porque su precio está más asequible que nunca». Lo dice con la convicción de quien está al frente de una galería que tiene a sus espaldas 156 ferias. ¿Y si no se vende lo deseado? «Si las ventas son un desastre, la promoción de los artistas siempre queda y pueden surgir líneas de negocio más adelante». Por ejemplo, en la mañana de ayer Punto intercambió piezas para dos exposiciones.

Las galerías valencianas Val 30 y Benlliure también participan en Art Madrid. En cambio. Tactel, Aural, Set Espai d'Art, Alba Cabrera, Paz y Comedias, Kir Royal y Trentatres lo hacen en Just Madrid.

Espacio Tactel, un espacio con dos años de vida en Ruzafa, debuta en esta feria con la obra de Hell'o Monsters y el valenciano Carlos Sáez. Ismael Chappaz consideró que sería un sin sentido que una galería del estilo de Tactel (enfocada en arte digital, diseño, fotografía y videocreaciones) no estuviera en Just Madrid.

El objetivo de Tactel es darse a conocer, promocionar a los artistas y tener contacto con «los coleccionistas reales» porque en Valencia «hay muy pocos». Y los existentes, continúa Chappaz, «arriesgan poco». En cuanto a arte, «Valencia es una ciudad extraña».

Para uno de los socios del este espacio, los satélites feriales de ARCO son «más interesantes» que el propio certamen.

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