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Una farmacéutica organiza los medicamentos. :: DANI MADRIGAL
Familias de discapacitados se ven forzadas a cambiar medicinas por otras más baratas
Sanidad

Familias de discapacitados se ven forzadas a cambiar medicinas por otras más baratas

Los afectados optan por las terapias en varias dosis que obligan a las madres a ir al colegio para administrar el fármaco a sus hijos

LAURA GARCÉS

Miércoles, 27 de febrero 2013, 03:10

La retirada de la receta roja, que concedía el derecho a adquirir los medicamentos de forma gratuita, a personas con discapacidad ha generado gran trastorno a las familias afectadas. Padres de niños con trastornos neurológicos, déficit de atención, autismo y problemas psiquiátricos de distinta naturaleza afrontan unas circunstancias difíciles. Muchos han llegado a solicitar a los médicos cambiar la medicación para pasar a fármacos más baratos.

Además, en casos de trastornos por déficit de atención, hay madres que se han visto abocadas a ir varias veces al colegio para dar la medicina a sus hijos al optar por una de menor precio que implica administrarla en varias dosis.

El cambio en la financiación de los fármacos ha supuesto en algunos casos pasar de poder adquirir las recetas de forma gratuita a tener que abonar un porcentaje, que en algunos casos supone el 10% del importe, pero en otros puede alcanzar el 40 o el 50% del coste del medicamento que se necesita.

Andrés Cánovas, neuropediatra y secretario general del sindicato médico Cesm, explicó que cada día reciben en las consultas a familiares de pacientes que cuando se han tenido que enfrentar a las nuevas aportaciones «piden que les cambiemos la medicación por otra igual, pero más barata».

El especialista añadió que la situación ha comportado otra consecuencia en los casos de niños con determinados trastornos de atención: «Las madres tienen que ir varias veces al colegio para dar la medicina a su hijo». Ello sucede porque plantean a los médicos «la posibilidad de cambiar un fármaco que cuesta unos 60 euros por otro cuyo precio puede estar entre los tres y los seis euros. Esta modificación implica pasar de un producto que se administra por la mañana y los efectos se mantienen a lo largo de la jornada escolar, «a otro, que es más barato, pero que tiene que administrarse cada cuatro o seis horas».

No sólo el neuropediatra Andrés Cánovas constata esta realidad. Una psiquiatra que atiende a niños y que prefiere no facilitar su identidad, confirma la existencia de esos casos de madres que se ven abocadas a ir al colegio y apunta que también tienen que hacerlo cuando se dan casos de «niños que necesitan llevar pañal porque no controlan esfínteres».

Ante estas situaciones la psiquiatra apuntó otra reivindicación que en distintas ocasiones han hecho pública las familias de menores que requieren la administración de algún tratamiento. Recordó para dar respuesta a todos estos casos sería necesaria la «presencia de la enfermera escolar».

Medicamentos caros

Ana Sánchez, presidenta de la Sociedad de Neuropediatría de la Comunidad Valenciana, confirmó que en el ámbito de la atención de enfermedades mentales sí que se están registrando casos de familiares de pacientes que solicitan «medicamentos más baratos», algo que en ocasiones comporta, según la especialista, «más efectos secundarios». La doctora Sánchez menciona como ejemplo a pacientes que requieren fármacos neurolépticos. Estos enfermos pueden sufrir como «efectos secundarios mayor apatía, les deja más incapaces».

Las declaraciones de la presidenta de esta sociedad médica no acaban ahí. Como los testimonios anteriores, también Ana Sánchez constata que llegan a las consultas familiares que plantean «la posibilidad de un cambio de medicación».

Añadió a este dato que como consecuencia de la retirada de la receta roja, se han dado situaciones en las que un paciente ha pasado de no tener que pagar nada por sus medicamentos a verse obligado a abonar el 40 o el 50% de la receta. En otros casos, es el 10% el porcentaje que debe aportar.

Algunos afectados ya han mostrado su malestar. El padre de un menor con autismo lamentó que el cambio en la financiación de los medicamentos ha desembocado en que los niños que tenían reconocida alguna discapacidad «de forma automática hayan pasado a tener que pagar el mismo porcentaje de los medicamentos que sus progenitores». A esta cuestión añadió que hay muchos medicamentos de los que requieren estos pacientes «para las que no existen genéricos. De ahí que a veces ante este tipo de tratamientos, cambiar el fármaco no resulta fácil».

La situación la vienen sufriendo desde el pasado día 1. Fue ese día cuando entró en vigor la norma que lleva implícita la retirada del derecho a adquirir de forma gratuita los medicamentos en casos en los que existe discapacidad. En los primeros días de este mes, una de las asociaciones que denunció la situación fue la Asociación Proyecto Autismo (Aspau). Su presidente, Juan Carlos Martínez, denunció en ese momento que en principio se tenía derecho a adquirir los medicamentos sin abonar cantidad alguna cuando una persona planteaba una discapacidad del 35%. Después la norma cambió y para disfrutar de receta roja se fijó el 65%.

Desde el 1 de febrero la situación es diferente. A los discapacitados, como denunciaron desde Aspau, se les aplica el mismo porcentaje que a cualquier «otra persona y hay que tener en cuenta que si hay medicamentos con precios elevados esos son los que requieren pacientes con estas enfermedades».

El malestar ha desencadenado distintas protestas. El día 8 en Alicante la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia solicitó la retirada de «la orden del 27 de diciembre para eliminar la exención del pago farmacéutico». Al día siguiente hubo una concentración en Valencia.

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