La policía desaloja a una decena de okupas de una finca del Carmen

La marcha de las nueve personas que hasta ayer ocupaban una finca en la plaza Navarros del Carmen, junto a la muralla musulmana, pareció más una mudanza que un desalojo. Llevaban viviendo en el lugar alrededor de un año, según informaron desde la asociación de vecinos barrio del Carmen, de modo que los enseres a trasladar eran muchos. La operación policial comenzó a primera hora de la mañana y se desarrolló sin incidente alguno. «Era otro icono del abandono de esta zona que, por fin, ha desaparecido», celebraba el presidente vecinal, Miguel Wiergo, que anunciaba que el edificio no será declarado en ruina, ni derribado.

Los testigos insistían en la tranquilidad con la que se habían marchado los okupas. «La verdad es que ha sido muy pacífico», declaraba un trabajador encargado de sellar la puerta del inmueble. «Sobre las 8:30 ha venido la policía y ha desalojado a las cerca de 12 personas que vivían aquí dentro. Han cogido sus cosas y se han ido», añadía. El panorama en el interior de la finca, sin embargo, mostraba indicios de un lugar poco habitable, repleto de viejos muebles y mucho desorden.

Orden judicial

Fuentes de la Policía Local confirmaban los testimonios de los vecinos. Las personas que pernoctaban en el edificio, de propiedad privada, eran nueve. Todos ellos de nacionalidad española. «Justo hoy ha llegado la resolución de la orden judicial y se ha procedido a vaciar la finca. Han intervenido tres coches y seis agentes», detallaban.

Entre los bártulos que la policía extrajo del inmueble destacaba un gran número de bicicletas cuyos números de bastidor fueron comprobados por los agentes, por si se tratara de robos denunciados. El resto eran mantas, maletas y algún aparato electrónico. «Robaban electricidad. Solía haber luz en el edificio», apuntaba Ramón, un vecino que coincidía en que los okupas «no molestaban demasiado». «Salvo a los de la finca de al lado», replicaba otro de los residentes, «que ya no sabían que hacer con ellos».

La orden judicial argüía que el desalojo era necesario por problemas en la estructura del edificio. Sin embargo, parece que el inmueble no será declarado ruina y que el ayuntamiento apostará forzará su rehabilitación, para contento de la asociación de vecinos barrio del Carmen. «El propietario pidió el expediente de ruina, pero en el departamento de órdenes de ejecución ya aparece un expediente de rehabilitación del edificio, hecho que obligaría al dueño a rehabilitarlo o a pagar la reforma que haga el ayuntamiento», declaraba el presidente.

Wiergo achaca a la especulación urbanística el estado en el que se encuentran muchas propiedades en el Carmen. «Muchos compraron fincas de cara a la rehabilitación del barrio y de la muralla árabe, pero con el abandono de la zona los edificios quedaron también abandonados y muchos fueron okupados», explica, y añade que «un gran número de estos han dejado que sus fincas caigan en la ruina para que las derriben y puedan construir una nueva en el mismo sitio».

El representante vecinal también especuló con la posibilidad de que las obras en las calles de la zona, que pretenden una mayor peatonalización para mejorar el entorno, hayan supuesto un incentivo para los propietarios. «Si no tiran el edificio y lo rehabilitan será una buena noticia. Esperemos que hayan decidido rehabilitarlo», insistía.

La asociación de afectados por el Plan Riva recordó su voluntad de retomar la comisión de seguimiento entre vecinos, ayuntamiento y Consell que años atrás se conformó para buscar una rehabilitación de consenso en el entorno. «Hace seis años que no se reúne la comisión», lamentaba su presidente Josep Montesinos. Al respecto, Wiergo lamento que aún sean más los años que el proyecto de rehabilitar la muralla del Carmen permanece estancado. «No se ha invertido en la muralla árabe en un total de 18 años. Es sin lugar a dudas el elemento patrimonial más marginado del centro, pese a su gran importancia», criticó.