«Había peligro total de que cerrase la tubería si no se alcanzaba acuerdo»

Dicen que es un buen acuerdo aquel en el que ninguna de las partes queda satisfecha. Si la frase es cierta, el nuevo plan hidrológico de la cuenca del Tajo es fenomenal, puesto que nadie está contento, ni ecologistas ni mucho menos los regantes receptores, que temen que el aumento en la reserva de 240 a 400 hectómetros cúbicos deje herido de muerte la transferencia de caudales a los campos y regadíos de Alicante. Pero es el que hay en estos momentos, y aunque quedan seis meses para alegaciones, no se prevén cambios significativos en el borrador publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Quienes ven el vaso medio lleno (nunca mejor dicho) afirman que «había que llegar a un acuerdo, porque había un peligro total de que se cerrara la tubería si no se firmaba», explicaban desde Riegos de Levante, una de las organizaciones que ha participado en las negociaciones llevadas a cabo durante meses. Los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) lo llegaron a plantear en varios momentos, por lo que, al final, se llegó a un consenso.

«Ha sido un acuerdo muy importante que, al final, traerá agua a la provincia», afirmaban desde esta asociación. El aumento de 260 hectómetros cúbicos será progresivo, en cinco años, e irreversible: «Ahora esperamos que no haya riesgo».

Sin embargo, desde otras asociaciones agrícolas no lo tienen tan claro y ya piden responsabilidades. El presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en la provincia de Alicante, Eladio Aniorte, considera que el plan es «el peor atentado posible contra el sureste de España y provocará un daño irreversible».

«Nuestros políticos no han tenido las agallas suficientes para defender nuestros derechos. No podemos dar otra respuesta porque este hecho es muy perjudicial, y confiábamos en que no prosperara. La reserva de 400 hectómetros cúbicos es especialmente dañina para los agricultores y ciudadanos que beben de la obra -el trasvase Tajo-Segura-. Es inconcebible», destacó.

Para Aniorte, «ahora empieza la batalla legal», y anuncia que pedirá «compensaciones», si bien indicó que «antes» se está creando «un frente común para conseguir que anulen la propuesta del plan de cuenca del Tajo».