El San Pío V desempolva 220 pinturas para realzar su colección permanente
El museo acondiciona doce salas expositivas para «dignificar a los autores valencianos» y recorrer el arte español hasta la posguerra
CARMEN VELASCO
Martes, 30 de abril 2013, 04:25
El San Pío V se queda pequeño. Al menos, en proporción a sus fondos. Los almacenes del museo valenciano no son las dependencias idóneas para el paisaje 'Paso de Calais', de Rafael Monleón (Valencia, 1840-1 900), o para el retrato de la marquesa de Parcent de Martínez Cubells (Valencia, 1845- Madrid, 1914). Estas dos pinturas nunca han sido expuestas en la pinacoteca valenciana. Abandonaron ayer las tinieblas de los depósitos del Bellas Artes para ser expuestas en el primer piso del antiguo edificio caustral. La pieza de Monleón, por ejemplo, formaba parte de la colección donada por Pere Maria Orts en 2004. Ahora ve la luz. No es la única.
La Conselleria de Cultura ha acondicionado doce salas, las que se sitúan en la primera planta, para poder albergar 220 pinturas, nueve esculturas y una treintena de piezas artísticas (como cerámica, relojes o mobiliario) de los siglos XIX y XX. Con una inversión de 20.000 euros, la Generalitat ha dado una mano de pintura y ha iluminado determinados espacios para perfilarlos como zona expositiva.
Así, en las paredes de una rampa o alrededor de la puerta de emergencia se colocan obras de arte. Estos detalles pueden pasar desapercibidos a la mayoría de los visitantes, pero es la solución adoptada (en teoría, temporal) ante la no ejecución de la V fase de ampliación del museo. Lo importante es sacar músculo artístico y el San Pío V, que incluso ha recuperado un artesonado de madera del Palacio de Vich, lo está haciendo con los recursos propios, es decir, con sus fondos.
Con la adecuación del primer piso del antiguo edificio claustral se «dignifica a los autores valencianos», detalló la consellera de Cultura, María José Catalá. Se hace justicia museística con Ignacio Pinazo, Muñoz Degraín o José Benlliure. La renovada colección permanente permite a los visitantes «hacer un recorrido por la historia española a través del arte mediante un nuevo discurso que pasa por el romanticismo, el retrato, el costumbrismo y el realismo y, además, dedica un espacio importante a pintores valencianos dignificando su obra», señaló Catalá.
La directora del museo, Paz Olmos, subrayó que los fondos del siglo XIX y XX del San Pío V son «de los mejores de España, tanto por su calidad pictórica como por representar un lenguaje ininterrumpido» y destacó el «esfuerzo de selección» para mostrar lo esencial y reflejar «la fuerza de la colección». O sea: aún permanecen en los almacenes innumerables fondos.
La colección permanente mejora su discurso museográfico no sólo porque integra parte de la donación de Pere Maria Orts, sino que se intensifica la presencia de obras de 80 autores ya representados en la pinacoteca valenciana, como Zuloaga, Santiago Rusiñol y José María López Mezquita. Así, se exponen alrededor de 63 piezas nuevas, una decena de ellas inéditas, entre las que destacan 'Triste atardecer', de Cecilio Pla; 'Marquesa de Parcent', de Salvador Martínez Cubells, y los paisajes de Javier Yuste; y el resto permanecían en los depósitos durante décadas.
En estas doce salas, donde antes se exponían 306 piezas, las paredes están abigarradas de obras, un aspecto que responde a la falta de espacio expositivo del centro pero también al gusto de la época del arte representado. Para el museógrafo Joaquín Lara, esta ordenación es habitual: «Mira El Prado, hay paredes de bodegones donde no hay un centímetro libre».
El itinerario expositivo se estructura en 11 áreas temáticas, desde el academicismo de 1808 a 1840, hasta la reproducción del salón romántico, pasando por paisajes, retratos, pintura social y pintura española hasta 1956.
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