La cúpula de los inspectores de Educación dimite en bloque

La cúpula directiva de la inspección educativa de Valencia presentó ayer su dimisión en bloque como consecuencia de la reciente destitución del jefe del cuerpo en la provincia, Vicente Marchante, un profesional con larga experiencia en el mundo educativo y muy apreciado entre el colectivo. Además, es profesor asociado al departamento de Educación de la Universidad CEU-Cardenal Herrera y cuenta con la licenciatura de Derecho.

Según las fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS, varias han sido las causas que han influido en la decisión del equipo de Marchante. Por un lado, el mal momento elegido por Nieves García, la inspectora general de Educación, para tomar semejante medida, al producirse a finales del curso, justo cuando se genera una gran acumulación de trabajo para los inspectores.

Además de velar por el buen funcionamiento del proceso de admisión, que será especialmente complejo por los cambios normativos introducidos mediante el distrito único, también deben dedicarse a otras tareas extraordinarias, como la vigilancia y organización de las pruebas diagnósticas que llegarán en unos 20 días o los informes sobre necesidades de compensación educativa o en relación a las plantillas del próximo curso. Y todo ello compatibilizándolo con la labor inspectora ordinaria en los centros educativos. En suma, los profesionales vivirán un final del curso igual de complejo que el anterior. Entonces tuvieron que añadir a su carga de trabajo habitual todos los cambios derivados de la aplicación de las nuevas ratios en las aulas fijadas en el real decreto de racionalización del gasto educativo. Las mismas fuentes, pese a rechazar la decisión, argumentaron que debería haberse acometido en un periodo más tranquilo, como por ejemplo, con el curso escolar ya iniciado.

También han influido otras cuestiones internas, como el rechazo de parte del colectivo a determinados nombramientos que se han producido en puestos intermedios de la conselleria, que son interpretados por un sector como puramente políticos, en lugar de priorizar un perfil técnico. Y más con la que está cayendo en el sector de la educación.

Las mismas fuentes explicaron que han sido varias las personas que han optado por abandonar voluntariamente su cargo, no más de una decena. Por ejemplo, han dimitido el jefe adjunto, el secretario de inspección, los responsables territoriales y los especialistas de diferentes áreas temáticas. Ahora, el sustituto de Marchante, Sergio Ballester, deberá conformar su propio equipo para que la maquinaria inspectora no ser resienta de los cambios. Todas las fuentes consultadas quisieron destacar que Ballester también goza de una gran consideración entre los profesionales del sector.

Terremoto en Alicante

La inspección educativa depende Nieves García, que llegó en octubre al cargo en sustitución de Luis Bayo, que se reincorporó voluntariamente al cuerpo. Por debajo tiene a tres jefes territoriales, uno por cada provincia, entre los que se situaba Marchante. El terremoto que se ha vivido en las últimas semanas en la provincia de Valencia tendrá continuidad en Alicante, donde las tensiones son máximas, pues también se habla de la posible sustitución de Juan Antonio Castaño Díaz, actual inspector jefe territorial, por un candidato próximo al partido socialista. Las quejas ante este posible movimiento han llegado tanto desde el colectivo de inspectores como desde el propio partido popular.

En cambio, en Castellón no parece que vayan a producirse movimientos que amenacen al cargo que ocupa Mario Puig. «Lo que se ha conseguido con la destitución es algo complicado: poner de acuerdo a todos los inspectores en contra de la medida», decía a este diario un profesional del cuerpo.