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HÉCTOR ESTEBAN
Viernes, 3 de mayo 2013, 03:50
Los vehículos oficiales son aquellos coches tipo berlina que suelen llevar al político de turno y que tienen carta blanca para circular y estacionar allá donde sus chóferes se sienten más cómodos. Aparcar el choche encima de la acera, aquí en Valencia, suele salir por unos 200 euros de multa que se rebaja a la mitad por el pronto pago. Una mordida que cuando llega a más de uno le trastoca los gastos del mes y que abona para no ser embargado. La infracción se paga.
Los vehículos oficiales, en cambio, tienen vía libre para aparcar en las zonas peatonales sin amenaza de sanción. Bueno, en realidad esto ha cambiado desde el pasado mes de agosto. Javier Sánchez, un vecino que vive en una de las calles próximas a la sede de Les Corts, ha iniciado su particular cruzada contra las flagrantes infracciones de los coches oficiales.
Javier incluso ha creado una página web que se llama www.tratosdefavor.com en la que denuncia los casos y donde ha colgado una extensa galería de imágenes para denunciar la presencia de los vehículos sobre la acera día tras día. Su radio de actuación va desde la calle Libertad y Salvador, donde está la sede del Parlamento valenciano, a la calle Historiador Chabás y adyacentes (donde se ubica la sede de la conselleria de Gobernación) y a la calle Caballeros, donde estacionan los vehículos de los consellers y de algún trabajador. «El otro día aparcó una persona junto al jardín que hay al lado del Palau de la Generalitat y le dije: perdona, ahí no se puede estacionar porque es peatonal. Me contestó que él trabajaba en la Generalitat y se largó», relata Javier, que también se ha confeccionado unas tarjetas personales con el nombre de la web «y que dejo en los parabrisas de los vehículos infractores».
En su web este vecino apunta que ha realizado numerosas denuncias «sin haber recibido ningún tipo de apoyo de las autoridades». Javier se muestra indignado y se pregunta qué ejemplo dan los políticos a los ciudadanos: «¿Se imaginan que todos los vecinos hiciéramos lo mismo? Si esto sucede con los vehículos en un espacio público, ¿qué harán de puertas hacia dentro?»
El cazador de vehículos oficiales que estacionan sobre la acera es un hueso duro de roer. Que nadie crea que se va a dar por vencido en su lucha. Una cruzada que lleva hasta el último extremo: «Los policías ya me conocen porque soy un poco pesado como me dice mi mujer. Si veo un vehículo oficial mal aparcado y hay un agente voy y se lo comunico. Me dicen, con cierta cara de resignación, que ellos no pueden hacer nada».
La inacción de la Policía Local de Valencia la suple este vecino con su iniciativa: «Como ellos no denuncian lo hago yo vía requerimiento. Es decir, los agentes me piden la documentación, se la muestro, me identifico y ponen una denuncia a los vehículo con mi nombre y apellidos. Es la única forma que hay de sancionarlos», explica Javier.
«Lo peor de todo», cuenta, «es que nadie llama a la grúa para que sean retirados y ni siquiera los policías instan a los chóferes a que quiten los coches». Javier apunta que es «lamentable» ver a gente con carrito de niños y personas mayores que tienen que bajar a la calzada porque la acera está ocupada por las berlinas de consellers y políticos.
Este vecino, para que no quede ningún cabo suelto, realiza un seguimiento de la multa. De uno de los coches mal estacionados en la calle El Salvador, tras visitar varias veces la oficina de la calle Albacete, pudo comprobar que sólo se había sancionado con 100 euros pese a ocupar toda la acera: «Se quedó en la mitad al abonarse en los quince días naturales».
Del segundo vehículo, mal estacionado a escasos metros del anterior, Javier comprobó que pagó 60 euros: «No entiendo que la sanción sea menor y tampoco debe contar con rebaja porque la multa se recurrió y pierde el derecho». Nadie puede engañar a este vecino, que sigue el rastro de cada una de las sanciones. Por eso, ha remitido dos escritos al Ayuntamiento de Valencia para que le informen cómo se calcula el importe de las sanciones.
Junto a la caza de los coches oficiales mal estacionados, este vecino, que llegó a Valencia hace dos años, también ha denunciado que el garaje de Les Corts carece de vado: «No entiendo el hecho de que no paguen como el resto de ciudadanos. He calculado que se ahorran más de 1.000 euros al año».
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