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ALEJANDRO MARTÍ
Jueves, 13 de junio 2013, 09:43
El grupo empresarial Pamesa ha cerrado 2012 con unos beneficios de 19 millones de euros antes de impuestos, lo que supone un incremento del 68% con respecto al año anterior.
El presidente del grupo azulejero, Fernando Roig, explicó ayer que la facturación consolidada del pasado ejercicio alcanzó los 272 millones de euros, lo que implica un crecimiento del 17%. Las cifras aportadas por el propio Roig evidencian que la azulejera ha conseguido superar incluso la facturación de 2008, año en que empezó la crisis, duplicando ahora mismo las ventas con respecto a entonces, lo que permite encadenar tres años de beneficios y aumentar la plantilla media del grupo.
Justamente 2009 es el año de inflexión, ya que la empresa tuvo pérdidas y el consejo de administración de la empresa optó por aplicar un plan de choque. «Las decisiones adoptadas en 2009 para adaptarnos al difícil contexto económico que nos iba a tocar vivir han sido la clave para estos magníficos resultados», a juicio de Fernando Roig.
Entre las medidas adoptadas se encuentran un control de costes, apostar por la productividad, la externalización y la eficiencia como palancas competitivas que les han permitido vender más de 36 millones de metros cuadrados y que Roig afirmara ayer que «para nosotros no hay crisis».
De hecho, el reconocido empresario explicaba que en ningún momento se ha frenado la inversión en la propia empresa superando los 50 millones en el propio grupo (nueve el año pasado) enfocados sobre todo en maquinaria de inyección digital y en sistemas de recuperación de calor en los secadores y atomizadores para ser más eficientes energéticamente.
Fernando Roig adelantó que para este ejercicio las previsiones (analizados los primeros cinco meses del año) son muy «positivas», ya que prevé aumentar la facturación por encima del 17% «e incrementar el beneficio un 30».
Asimismo, el comportamiento de las ventas sigue siendo sobre todo enfocado a la exportación donde el 70% de las ventas son a países extranjeros y el 30% al mercado nacional, donde Roig ve cierta estabilidad para el sector cerámico tras años de caídas. A ello se le une la presencia de Pamesa en Brasil, el país latinoamericano más competitivo en producción cerámica, donde los resultados «están funcionando muy bien».
Asimismo, el grupo Pamesa ha firmado un convenio colectivo hasta 2016 donde se marcan incrementos del 1% para 2014 y de hasta el 2% en 2016. El empresario ha puesto encima de la mesa la congelación de la antigüedad en algunos tramos «para evitar grandes desigualdades» pero ante la oposición de los sindicatos, ha quedado fuera del convenio salvo el último tramo, «porque lo que más me importa es la paz social» dentro de Pamesa. Además, las cifras y beneficios le han permitido aumentar la contratación el pasado año con 47 nuevos empleados que se suman a los 18 del año anterior.
Otra de las medidas que va a poner en marcha Fernando Roig dentro de Pamesa este año es la fusión de los dos grupos industriales que conforman el grupo Moiplana (dedicada a la atomización) que se unificará con Nomar para ser más eficientes en el proceso de producción y logística con proveedores, clientes y entidades financieras.
Fernando Roig aprovechó el balance del año económico de Pamesa para reclamar de nuevo la posibilidad de poder extraer tierra para la cerámica en zonas como Vilafamés o Sant Joan de Moró, así como municipios valencianos lo que reduciría los costes pero lamentaba que todas las administraciones ponen problemas a esta solución.
Roig apostó por reactivar el sector de la construcción «pero a un nivel inferior a antes de que cambiara el ciclo» ya que «se está tratando de hacer dinero vendiendo un stock de viviendas equivocado y es un error» y habría que «liquidar, destruir o vender» esta oferta para empezar a construir «a precios más bajos» y puso como ejemplo el que una vivienda tipo pueda costar 60.000 euros «que es lo que la gente ahora puede pagar» pero que movería de nuevo a sectores como la madera, la cerámica, el cristal o el mármol ya que sería «una buena solución para la economía».
«No hay secretos, se trata de hablar menos y actuar más» y, al mismo tiempo, reivindicaba que «hay cosas que sí funcionan en la Comunitat Valenciana».
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