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DANIEL VALERO
Lunes, 24 de junio 2013, 05:52
«Son varios los padres que dicen que sus hijos han salido de la droga al entrar en la banda», cuenta Miguel Lara, el presidente de la la entidad musical Nuestra Señora del Remedio de La Coma. «El ambiente aquí es mucho mejor que el de fuera», apunta Lorena Cañada, de 16 años, intérprete de bombardino en el conjunto. Son 76 los miembros que integran esta «entidad sana», un colectivo respetado en este barrio de acción preferente por su situación socioeconómica que, sin embargo, se considera «marginado» por el ayuntamiento de Paterna. «No recibimos una sola ayuda desde 2012», aseguran.
«La banda de Cornetas y Tambores se fundó en 1989, cuando la juventud aquí no tenía nada», cuenta Lara. «Había mucha delincuencia y droga, y mucha gente caía en el hoyo», recuerda el presidente, que sostiene que la aparición de la entidad, constituida como Asociación Unión Musical La Coma, fue, «para muchos, una alternativa a esa vida». Por esta razón consideran una «injusticia» que el consistorio les deje «de lado». «Antes nos daban 700 euros al año, pero desde 2012 no cobramos nada y estamos pasando apuros, hasta el punto que hemos tenido que abrir una barra para sacar algo de dinero», cuentan.
Según explica el presidente, lo que más molesta al colectivo es que «la concejala Elena Martínez haya incumplido la promesa que hizo antes de ganar las elecciones». Lara asegura que la dirigente, en una reunión con ocho integrantes de la banda, les prometió que daría «una ayuda de 30.000 euros para la compra de uniformes e instrumentos musicales». «Compraron nuestros votos», critican.
Fuentes del Ayuntamiento de Paterna preguntadas al respecto negaron haber realizado esta promesa. «No se prometió ninguna cantidad exacta. Se les dijo que se les apoyaría, pero la situación económica obligó al ayuntamiento a reducir las subvenciones a todas las entidades culturales del municipio».
Disputas aparte, la batalla diaria de los intérpretes es la falta de medios. «Muchos de los viejos componentes de la banda dejan de venir a algunos ensayos para que los nuevos puedan tocar sus instrumentos», lamenta Francisco Cañado, responsable del helicón, «el instrumento más característico de la banda», presume. «Ayer mismo vinieron tres chicas por primera vez y se tuvieron que quedar mirando», añade Lara, que insiste en que los integrantes «son gente de bajo poder adquisitivo que no puede comprarse un instrumento».
La entidad de La Coma también critica «que sí haya dinero para otros colectivos». El presidente aprecia un agravio comparativo «entre lo que recibe el Centro Musical Paternense y lo que sucede con la banda del barrio». «Por lo que sabemos, tienen una subvención de unos 58.000 euros al año, más lo que reciben de cuotas, y eso no es justo, porque si no hubiera dinero para nadie, lo entenderíamos». Sobre este aspecto, el consistorio quiso apuntar que «también han visto reducida su ayuda» y que los gastos de la banda municipal «son mucho mayores porque imparten una formación musical preparatoria para el conservatorio».
La banda padece otros problemas como las quejas de los vecinos cuando ensayan al aire libre o la baja contratación que sufren al no poder pagar ellos tampoco a otros conjuntos en sus festivales. «Si tu no invitas, no te invitan», explica Lara, que, sin embargo, se siente orgulloso de lo lejos que han llegado en 25 años de historia «sin a penas formación musical». «Tocan de oído, se aprenden las partituras o se las escriben con letras», asegura.
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