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Culturas

Blasco made in Japón

Un experto en la obra del escritor valenciano descubre varias películas niponas de los años 20 que 'piratearon' sus novelas

BURGUERA

Jueves, 4 de julio 2013, 04:54

Esa fama de copiar que se fueron ganando los asiáticos a pulso a lo largo del siglo XX tiene, como todo en la vida, su génesis, sus inicios, y esos primeros pasos, por lo menos en el género audiovisual, encuentran un magnífico ejemplo en cómo el cine japonés usó las novelas de Vicente Blasco Ibáñez para los argumentos de una serie de películas que, según los expertos reunidos desde ayer en la sede valenciana de la UIMP, sirvieron para una modernización del modo en que los nipones hacían películas, una renovación que dio paso a figuras como Akira Kurosawa.

Esta es una de las sorprendentes conclusiones a las que ha llegado el no menos sorprendido David George. Este hispanista estadounidense seguía las pistas de las distintas traducciones que a lo largo de todo el mundo y durante un siglo se han realizado de las obras literarias de Blasco. Hasta trece traductores de obras de Don Vicente se llegaron a contar en Japón. Tirando de ese hilo, George se encontró con el eje central de la conferencia que ofreció ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) dentro del congreso 'Blasco Ibáñez y las artes visuales', que se celebra hasta mañana.

El profesor estadounidense presentó la ponencia 'Blasco Ibáñez y el cine japonés', durante la cual George desgranó cómo varios directores nipones eligieron textos del escritor valenciano como argumento de sus películas. Por supuesto, sin contratos de derechos de autor por medio ni solicitud de permisos. Copias. Puro 'pirateo', según llegaron ayer a la conclusión varios participantes en el congreso conocedores de la documentación que guardaba Sigfrido Blasco, hijo del escritor.

De dos obras del valenciano nacieron a principios de los años 20 'Osumi to haha' (rodada en 1924 y basada en 'La vieja y el cinema', el guión que Blasco rodó junto a Max André para el cine y que después incluiría en 'El préstamo de la difunta', un libro de cuentos.) y 'Wakasa yo saraba' (filmada a finales de ese mismo 1924 y que es un calco de su novela 'La maja desnuda'), esta última dirigida por Sakata Shigenori, un director que, según George, aprovecha esta película para realizar, además, varios homenajes a 'Sangre y arena'. 'Wakasa yo saraba' fue objeto de una versión ('Natsukashi no kao, 1941') del cineasta Mikio Naruse para la que tampoco se rindió cuentas a los herederos de Blasco. El hispanista descubre que, además, Shigenori, al igual que Blasco rinde tributos a Sorolla, homenajea a Takeji y a Okada, contemporáneos del pintor de la luz.

«Sería exagerado afirmar que Blasco Ibáñez influye directamente en el cine japonés, pero sí participa en la reforma del lenguaje cinematográfico nipón que dio paso después a realizadores como Akira Kurosawa», concluyó ayer George.

«La figura de Blasco es cada vez más universal, porque además, allá donde viajó se identificó con las corrientes más innovadoras», señala Christopher L. Anderson, uno de los directores del congreso junto a Facunto Tomás, para quien «en España no nos hemos querido dar cuenta de la influencia de Blasco y Sorolla en la cultura de principios del siglo pasado a nivel mundial».

En cualquier caso, el pirateo a Blasco se adaptó a la mirada asiática. Las protagonistas de las novelas del autor valenciano no tenían mucho que ver con el arquetipo de la dama nipona, y los directores asiáticos no tuvieron empacho en modificar eso. Y lo mismo ocurrió con el final de 'La maja desnuda', abierto y ambiguo aunque trágico, que en manos de Shigenori se tradujo en el harakiri (suicidio) del protagonista, un final a la japonesa.

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