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El acusado de matar a su mujer al arrojarla desde la azotea, condenado sólo por maltrato

El tribunal alega la falta de pruebas suficientes y no tiene la certeza de si el fallecimiento se debió a un accidente, un suicidio o un crimen

A. RALLO

Viernes, 12 de julio 2013, 02:27

Francisco Millán, acusado de matar a su mujer en Sedaví al empujarla desde la azotea del edificio en el que vivían, ha sido absuelto del homicidio. La Audiencia sólo le ha condenado a tres años de prisión por un delito de maltrato.

El tribunal considera que no existen pruebas suficientes para imponer una pena por la muerte de Laura Serrano, madre de dos hijos, en junio de 2010. La sentencia de la Audiencia enumera todos los indicios que se acumulan en la causa contra Millán que, sin embargo, no han sido suficientes para romper su presunción de inocencia.

Las dudas de los magistrados conducen a la absolución del acusado sin que se descarte que Laura realmente fuera empujada. «Pudo ser un accidente, un homicidio o un suicidio», recoge el fallo. La Sala no puede inclinarse «con total certeza» hacia ninguna hipótesis.

Los indicios contra Millán eran débiles, como quedó acreditado durante la vista. El más poderoso, la presencia de una lata de cerveza con el ADN del procesado en la terraza. Y esto lo situaba en el lugar de los hechos pese a que él negó haber subido a la azotea. No obstante, el tribunal aclara que el hecho de que la coartada resultara falsa no es «determinante» para dar como probada la tesis del homicidio.

La resolución señala que el cadáver de la víctima apareció en una posición «compatible» con un empujón, pero también los forenses explicaron que pudo moverse tras la caída. No falleció en el acto.

La sala recuerda, además, que no existen testigos de los hechos. «Nadie vio al acusado empujar a la víctima». Tampoco existe conocimiento de una discusión previa.

A todo lo anterior, y como otro punto favorable al acusado, la sentencia acredita que la mujer padecía una depresión psicótica y que, en alguna ocasión, había deslizado a sus psiquiatras que quería «acabar con todo, que no podía más».

«Autoestima muy baja»

El tribunal, en cambio, da por probado el maltrato gracias a los numerosos testimonios que se recogieron durante el juicio. El procesado y la víctima llevaban 17 años de relación, tenían dos hijos, de siete años y de 14 meses, y residían en la avenida de la Albufera de Sedaví. Según la sentencia, con el transcurso del tiempo la relación se fue deteriorando como consecuencia de que el hombre infravaloraba a su mujer, a la que decía ser «un mueble en casa, que solo servía para limpiar».

Los servicios sociales del Ayuntamiento abrieron un expediente a la fallecida al considerar que estaba siendo objeto de malos tratos, que tenía una «autoestima muy baja» y «una gran dependencia emocional hacia su marido», que era consumidor de cocaína.

Dolores Mora, la madre de la víctima, relató en el juzgado que había presenciado comportamientos vejatorios por parte de la pareja y que optó por no denunciar porque «no quería dar disgustos». Era Dolores incluso quien ayudaba económicamente a la familia porque el acusado se negaba a darle dinero. La amenazaba con «atropellarla».

La hermana de Laura añadió otros insultos y amenazas con las que Francisco Millán atemorizaba a quien era su compañera. «Decía que la iba a cortar en trocitos y la metería en la bañera».

El tribunal, por estas declaraciones, y otras de policías y médicos, no alberga duda de que el acusado sometió a Laura a una «vida de amenazas, vejación y humillación». Por ello le impone tres años de cárcel por maltrato y 12.000 euros de indemnización a la familia de Laura.

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