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CARLOS GARSAN
Lunes, 5 de agosto 2013, 13:29
Estamos en la época de la segunda mano, que no de las manos de segunda. Es el momento de revivir, de desempolvar y de dar oportunidades. La hora del diseño sostenible, de la conciencia ciudadana aplicada a los pequeños detalles del día a día. El paso del 'reciclarse o morir' al 'reciclarse para vivir'.
Lo que para unos es basura, para otros puede tener muchas vidas. Son los gatos del diseño. Unos felinos que han encontrado en la creatividad soluciones en la reutilización de materiales una manera de entender la vida. La reinvención como clave del progreso. Cuando el menos puede ser más.
Verónica, Melany y Tania son la cara visible de El monstruo del armario y, a pesar del nombre, sus clientes no tienen nada que temer. Su local no es una tienda de moda al uso. En este espacio creativo de Valencia, los alfileres van y vienen, transformando, recreando y dando una nueva personalidad a eso que llamamos ropa 'vintage'. Su objetivo es crear algo único porque imprimir carácter y personalidad a un objeto también es reciclar.
Ellas se definen como «buscadoras de ropa». Su labor es transformar cada pieza para convertirla en algo especial y exclusivo. Las tres patas de este curioso estudio-tienda son autodidactas, aprendieron a coser en casa y ahora quieren hacerlo con público, por eso crearon este espacio a caballo entre un taller de costura y una boutique. «La idea de El monstruo del armario era que la gente nos viera coser. Les encanta observarnos en la máquina y eso les hace querer aprender, por eso creamos los talleres de trabajo», explica Tania. La ropa la adquieren en mercadillos, revuelven en los montones de ropa en los que de cada cien piezas encuentran algún tesoro. Pero ante lo infinito del montón, ellas tienen sus preferencias: «Nos encanta la ropa de los años 60, aún así no somos nada puristas, cuando arreglamos una prenda tenemos la mente abierta. Lo hacemos por divertirnos».
Maite Juliá es una arquitecta valenciana que ha encontrado en la (re)creación de accesorios su gran pasión. Fundadora de REutilizarte, confiesa que todo comenzó como un hobby, nada raro había en una tarea que ella venía haciendo toda su vida. «Todo lo guardo, le busco otra utilidad», confiesa. Ahora cuenta con más de 1.800 fans en Facebook.
Juliá apuesta por los diseños personalizados, por la artesanía, por el 'hand-made'. «Cada accesorio es único. Con el botón que he hecho un anillo no puedo hacer otro, el pedazo de tela que he usado para una pelota no puedo volverlo a usar», explica. Entre los materiales que emplea para crear nuevas piezas se encuentran desde cápsulas de café de las que saca divertidos broches, envases de yogur con los que crea originales lámparas y hasta guantes de cocina, que utiliza «en sustitución de la tela» para dar un toque especial a diademas y tocados.
Pero el reciclaje creativo no es sólo cosa de pequeños, también los grandes estudios de diseño se han rendido ante lo que parece un cambio de mentalidad creativa. En Sanserif son muy conscientes de la necesidad imperiosa de un diseño sostenible y por ello impregnan cada uno de sus proyectos de ese espíritu, apuestan por un producto que vaya más allá de la función estética, que tenga valores añadidos», explica José Antonio Giménez.
Por eso, entre muchos otros proyectos, el estudio valenciano ha creado una línea de mobiliario fabricada íntegramente con cartón reciclado. Desde un clásico reloj, pasando por un tocador estilo Marie-Antoinette hasta una lámpara o una silla. Y es precisamente la silla 'bold', un asiento con forma de 'b', la única pieza que representó a España en la prestigiosa exposición Eco Future, celebrada en Abu Dhabi. Pero también a aquellos que no hayan ido a Abu Dhabi recientemente puede que les suene la curiosa butaca, y es que se coló en la casa ecológica de 'Gran Hermano'.
En Sanserif tienen claro que «el diseño tiene vida si aporta algo diferente» y apuestan por un producto «que recupere valores». El compromiso del estudio no sólo reside en la sostenibilidad, sino que también apuesta por la integración sociolaboral en el proceso de creación de sus diseños. Parte de la producción se lleva a cabo por discapacitados psíquicos en centros especiales de empleo, como Espurna, Gandia o Alcer Turia de Manises. Sin embargo, el diseño sostenible es algo que todavía se ve con cierta distancia. Son los diseñadores y decoradores «los que dan más valor al producto», matizan.
Pero en el reciclaje no sólo hay necesidad, sino también reflexión y arte. El escultor alicantino Álvaro Tamarit ha hecho de la reutilización una vía de expresión, una manera de trasmitir ideas y de provocar reacciones directas en la sociedad. «Mi trabajo como artista no es sólo hacer cosas bellas, también tienen que tener un mensaje. En mis obras hablo de ciudades verdes y positivas. Trato de sensibilizar a la sociedad, de hacer ver que se puede reutilizar y no malgastar tanto. Hay que buscar soluciones a este consumo exagerado», explica el artista.
La idea de usar material reciclado, sin embargo, comenzó como «una necesidad cuando estudiaba Bellas Artes» porque buscaba material que fuera gratuito.
Aunque más que de reciclaje, Álvaro Tamarit prefiere hablar de recuperación. «Siempre me han atraído los objetos antiguos, los libros abandonados, las máquinas de escribir... Normalmente trabajo con madera recuperada que encuentro en la playa. Le doy una segunda vida», afirma.
A pesar de la transformación de mentalidad global, Tamarit reconoce que vende más en países como Holanda o Alemania que en su propio país. «La cultura en Europa tiene otro estatus, aquí lo último que se apoya es al arte», se lamenta. «Es curioso porque mis clientes son de diferentes ideologías y de nacionalidades, aunque la mayoría son extranjeros», afirma. Ahora, el artista de Xàbia prepara nuevo desembarco en Amsterdam, donde expondrá a partir de septiembre.
Todas estas iniciativas demuestran que reciclar no sólo es depositar la bausra en sus contenedores correspondientes, sino que se puede dar una segunda vida a aquello que tiramos. El lema de comprar, usar y tirar ha dado paso al comprar, usar y reusar.
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