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PAULA CANTÓ MONTAL
Jueves, 8 de agosto 2013, 03:12
El Pop Up Market se alza como un mercadillo alternativo, un punto de encuentro entre aficionados a la artesanía que comparten sus creaciones y adquieren productos únicos hechos a mano. Todo tipo de manualidades tienen cabida en estos pequeños puestos, desde ganchos con forma de mariposa para el pelo hasta coloridos bolsos de fieltro. Su intención es impulsar el talento de los diseñadores emergentes que desean un escaparate para mostrar sus creaciones al público.
Esta iniciativa valenciana surgió hace poco más de un año gracias a Patricia Fernández, Alejandro Creus y José Luis Ingelmo. «A cada edición acuden más personas y siempre repiten», afirma Patricia. Han visitado la calle Caballeros, el Ateneo Mercantil, la galería Jorge Juan o la Feria Internacional de Moda Infantil celebrada en la Feria de Valencia. «Todos conocemos a alguien que teje ropa, que hace bisutería, que restaura muebles... Muchos por afición, otros como medio de vida», comentan. Estas ventas las combinan con entretenidas actividades, como monologuistas, música en directo, espectáculos de danza de Bollywood y talleres para que los asistentes puedan aprender a realizar los collares o adornos que traen los participantes. Todo ello se dio cita en su quedada de principios de junio para celebrar su primer aniversario.
Todo tipo de creadores y amantes del estilo 'handmade' participan poniendo a la venta su bisutería, ilustraciones o incluso repostería y cocina creativa. Uno de ellos es Papalluna, que realiza complementos 'vintage' como ganchos para el pelo, colgantes o anillos. Para Cristina Vidal y su pareja Raúl Egía, su rito de iniciación en este mercadillo se produjo con el Low Cost Festival de este año, aunque fue en noviembre de 2012 cuando nació la idea inicial de Papalluna. La reacción del público asistente al festival valenciano no podría haber sido mejor. «La gente repetía al día siguiente», comenta emocionada Cristina. Tanto Raúl como ella trabajaban de profesores pero la confección de orfebrería de forma manual es un 'hobbie' que siempre ha estado presente. El próximo 4 de agosto, se podrá localizar a Papalluna y su bisutería en un mercadillo de Ontinyent.
Otra iniciativa que forma parte de estos valencianos 'manostijeras' es el llamado Taller de la Srta. Antonia, creado por la diseñadora gráfica Antonia López. «Me recuerda a otros tiempos en los que crecí viendo a mi madre coser a todas horas», comenta. Ha empezado con el Pop Up Market desde su primer aniversario, en junio de este año, aunque antes se había movido por varios 'showrooms' y participado en el Cool Market de Valencia. En su estudio de costura realiza varios diseños y confecciona productos artesanales como bolsos de mano, organizadores o capazos, con todos sus diseños abarcando un abanico de atractivos colores.
También confecciona objetos de decoración para darle un toque propio a la casa o los juguetes, como muñecos de tela, baberos, imanes o fundas ecológicas para la merienda. Todo con la posibilidad de ser personalizado en cuanto al material, color y estampado. «Mi mayor flujo de ventas son las personas que me contactan a través de las redes sociales, pero siempre me gusta participar en mercados», aclara.
Una marca de ropa internacional aparece también entre estos puestos. Desde que empezara con un humilde blog en 2009 de la mano de Saloua Bendaoud, nacida en Estocolmo, Lady Marshmallow ha desembocado en un notable éxito con sus diseños. Ahora, la iniciativa alicantina, constituida como marca, disfruta de dos colecciones y una línea de complementos en el mercado. Lady Marshmallow ha asistido a diferentes ferias en Estados Unidos y dentro de poco desembarcará en el continente americano de la mano de Urban Outfitters.
Unos complementos con los que poder combinar cualquier conjunto de ropa son los de Je Suis Coquette, que desprende dulzura en todos sus accesorios desde que se creara en 2009. «Pensé que llevar algo exclusivo no tiene por qué ser un lujo», comenta Jessica Forner en cuanto a cómo surgió este proyecto. Pulseras con pequeñas calaveras de colores, el símbolo de la paz, una torre Eiffel o incluso una tortuga plateada son algunas de las piezas que Jessica elabora de forma artesanal.
«El cliente siempre puede personalizar su complemento. ¿Que tienes una boda y necesitas un tocado? Puedes enviar la foto de tu vestido y recibirás un trato personalizado», explica.
El ganchillo y el macramé tienen también su lugar en este mundillo de la mano de Carla Sáenz. Al vivir a caballo entre Valencia y Cádiz por su familia y su novio, necesitaba una forma de conseguir ingresos para sus viajes. Fue entonces cuando decidió empezar a pintar camisetas y zapatillas bajo el nombre de Carlamelet, sin embargo, fue el ganchillo lo que cautivó a su clientela. «A día de hoy, hago un mínimo de tres horas diarias de ganchillo», comenta Carla, que también participó en la iniciativa de Tejido Social.
La joyería y las prendas de ropa no son las únicas ofertas de estilo 'crafty' que se han unido en este tipo de mercadillos. Sebastián Pedotti se dedica desde hace un año a darle una vuelta al concepto de la decoración con plantas. Entre sus propuestas, hay 'kokedamas', una técnica japonesa que se basa en mantener con vida una planta dentro de una bola de tierra recubierta de musgo; cuadros verdes y plantas en macetas invertidas.
Sebastián ha participado en el concurso Operación Emprende de Valencia, donde quedó seleccionado entre 30 participantes. Fue en marzo cuando se decidió a participar en el Pop Up Market, lo cual recuerda como una experiencia muy positiva que también le ha reportado mejoras con el paso del tiempo.
No acaba aquí lo más rocambolesco de este mercadillo. Es posible encontrar jabones de todos los colores y formas, incluidos los que imitan el aspecto de un delicioso 'cupcake', con los que los más golosos deberán tener cuidado para que no acabe en su estómago. Ana Belén Mira, con la ayuda de su hermana Manoli Mira López y de Francisco Ramos García, su novio, se encarga de realizar estas obras jabonosas desde hace dos años. «La afición por las manualidades y por la repostería hizo que me decidiera a elaborar los jabones de una forma más creativa». Entre ellos, aparece un monstruo de las galletas para decorar el baño, con sus ojos saltones y la pasta con apariencia de chocolate incluida.
El último gran encuentro de esta iniciativa valenciana lo acogió el festival Low Cost, en Benidorm, de donde volvieron más que satisfechos. Ahora mismo, se encuentran inmersos en la preparación de sus próximos proyectos. El 31 de agosto visitarán Gandia, y sus ediciones post-verano empezarán el 14 de septiembre en la calle Caballeros de Valencia.
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