'Límpiate como Beyoncé'

Lo siento por Ramoncín, pero la auténtica reina del pollo frito es Beyoncé. El pollo frito o a la brasa es el plato estrella de Nando's, una cadena de comida típica portuguesa (¿lo típico de Portugal no era el bacalao?) muy extendida en Inglaterra. Beyoncé se ha gastado hace unos días en Londres, en un establecimiento de dicha cadena lusa, 1.800 euros en un pedido que incluía 48 pollos, 580 alitas picantes (¿eso no era tex-mex?), 48 raciones de patatas, 24 ensaladas, 24 palitos de arroz picante y 12 hamburguesas vegetales (sigo sin ver el bacalao por ninguna parte). Pagó ella y al contado. Y es de imaginar que el pedido no era solo para 'Beyoncé K' (nombre que dio al encargarlo) sino para el batallón de músicos, bailarines, técnicos y asistentes que la acompaña en su gira. Con ello la cantante superó su propia plusmarca aviar, fijada hasta entonces en los 28 pollos con sus patatas, mazorcas de maíz y pan de ajo que había encargado poco antes en Dublín después de otro concierto. A este paso Beyoncé (digna hija de Carpanta y antítesis de Andreíta Janeiro) más que cantar va a cacarear. Bien es verdad que mejor ser adicta al pollo que a otras sustancias nocivas, aunque según los alarmistas, el pollo criado a nivel industrial las incluye todas... Llevan más 'doping' algunos pollos que Lance Armstrong subiendo el Alpe d'Huez.

La cantante llegará en septiembre a Brasil (rodizio de pollo, le recomiendo) para continuar con su gira mundial, denominada 'Mrs Carter Show', o sea, 'El espectáculo de la señora Carter', que es su nombre de casada, como esposa de Shawn Corey Carter, más conocido como el rapero Jay-Z. Todavía no ha puesto un pie en el país de la samba y los organizadores del concierto ya andan como pollos sin cabeza, corriendo de un lado a otro para satisfacer sus extravagantes exigencias. La diva quiere tres camerinos. Uno para relajarse, otro para maquillarse y peinarse y el tercero para utilizarlo como vestidor; porque para Beyoncé el baúl de la Piquer es equipaje de mano. Por supuesto, los camerinos no pueden estar de cualquier manera, sino recién pintados de blanco, con cortinas a su gusto y un océano de agua embotellada (el pollo frito da mucha sed), que sea alcalina y esté a 21 grados centígrados, y también hielo para chupar esculpido a mano.

En su concierto en Nueva Orleans se invirtieron 900 dólares solo en pajitas de refresco. Y como viajó con su hija, Blue Ivy, pidió una sala aromatizada con velas con olor a rosa y se hizo llevar la cuna desde Nueva York. En cuanto a comida, solo exige cereales, fruta y verduras (el pollo ya lo encarga ella por teléfono). Y a cada lado del escenario, dos gigantescos frigoríficos con refrescos bajos en sodio para no deshidratarse durante su actuación. Hasta aquí, todo normal (para una nueva rica, estrellona del hip hop), pero ahora viene lo realmente alarmante... Beyoncé ha mandado cambiar todos los inodoros de sus camerinos y exige papel higiénico de color rojo (qué aprensión). Esta periodista ha buscado en internet tan exótico producto y ha descubierto que en Estados Unidos se vende como rosquillas bajo el inapelable eslogan de: 'Límpiate el culo como Beyoncé'. Tentador... ¿no?