La facturación de la Ciudad de las Artes se desploma un 25% con la pérdida de un millón de visitantes
La cifra de negocio es la peor de los últimos años, con 10 millones menos en ventas y con la pérdida de un millón de visitantes sólo en 2012
HÉCTOR ESTEBAN
Lunes, 16 de septiembre 2013, 04:05
Mientras el conseller de Economía, Máximo Buch, perfilaba el viernes en la rueda de prensa del pleno del Consell el pliego de condiciones para la externalización de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias (CACSA), en el 'totum revolutum' de lo que es una cuenta general se agazapaba la verdadera situación de un complejo que ha convertido a Valencia en una ciudad de postal. El 'blanco Calatrava' empieza a perder color.
El informe anual de Cacsa relativo al ejercicio de 2012 no se puede hojear. Hay que parar, estudiar y radiografiar. Buch, con su propuesta de dejar en manos privadas parte del complejo, busca mayor rentabilidad. Un horizonte necesario tras ver como la cifra de negocio, las ventas, han caído un 25% en tan sólo un año.
La página 30 del informe de la cuenta general de Cacsa es como la prueba del algodón. No engaña. El emblema de la Valencia de postal, donde los turistas en muchas ocasiones se llevan más el recuerdo de la imagen que del contenido, refleja como la cifra de negocio al cierre de 2012 fue de 28,9 millones de euros, casi 10 millones de euros menos que en 2011.
Las ventas se habían mantenido durante los últimos años muy por encima de los 30 millones de euros. En los cinco ejercicios anteriores, la cifra de negocio más baja se dio en 2009 con 34,1 millones de euros. Lo habitual, hasta 2012, era cerrar las cuentas con un volumen de facturación a los 38 millones de euros.
El informe económico de las cuentas de 2012, que se puede consultar en la web de la conselleria de Hacienda, reconoce que el último ejercicio «ha sido duro». Textual. Sin rodeos. En una sola frase. La crisis económica ha desplomado la cifra de negocio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
La caída de las ventas se justifica, según el propio informe, por la coyuntura macroeconómica: «La tasa del paro superó en 2012 el 23%, hay una fuerte carga impositiva y el incremento de los precios en general han hecho que el consumo se contraiga». Variables que tratan de justificar la bajada en un 25% de la cifra de negocio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y que hace prever que cuando se cierre el ejercicio de 2013, donde el paro ha seguido creciendo, el resultado no será mucho mejor.
El informe de las cuentas refleja que la decisión del Gobierno central de aumentar el IVA cultural, que ha pasado del 8 al 21%, ha significado una dura estocada para los resultados económicos del complejo valenciano.
Las entradas del Museo Príncipe Felipe aumentaron su IVA del 8% al 10%. Una incremento nimio comparado con los 13 puntos -del 8% al 21% -que han gravado los tickets de l'Hemisfèric y de l'Oceanogràfic, dos de los edificios más rentables de Cacsa. «Como consecuencia de todo ello los resultados de las ventas respecto a 2011 han sido más desfavorables pese al interés que sigue despertando el complejo entre el público en general», señala el informe.
En un año, se dejaron de recaudar más de 4 millones de euros en entradas en los edificios de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Si en 2011 los visitantes dejaron en caja más de 26,3 millones de euros, al cierre de 2012 la cifra de negocio se quedó en poco más de 22,1 millones. En 12 meses, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias ha perdido un millón de visitantes. En 2011 pasaron por el complejo más de 3,7 millones de personas; en 2012 la cifra se quedó en 2,8 millones -un 25% menos-.
La venta de entradas cayó también de forma sensible. El año pasado se vendieron casi 1,9 millones pero un año antes la cifra fue de casi 2,5 millones. El descenso en los ingresos por taquilla se encuentran en los 600.000 tickets que se quedaron por el camino en sólo un año.
Si la justificación de la caída de la cifra de negocio es la crisis económica, España es sin duda uno de los países más afectados. El descenso del turista nacional que visita la Ciudad de las Artes y de las Ciencias es un dato real: en estos momentos representa el 68,3%.
En cambio, el visitante extranjero, que en 2009 representaba el 17,5% de las visitas al cierre del año pasado aumentó hasta el 31,7%. De estos, la mayoría son italianos, seguidos por franceses, alemanes e ingleses. Las visitas guiadas también se derrumbaron: un 54%.
Otra de las vértebras que compone la columna de ingresos de Cacsa es la realización de actos y eventos. El marco atrae a firmas y empresas de primer nivel para hacer presentaciones o realizar espectáculos de todo tipo. El año pasado tampoco fue bueno en este apartado. Los ingresos cayeron un 59% al pasar de los más de 2 millones en 2011 a algo más de 842.000 al cierre del ejercicio de 2011. Un mal dato que podría paliarse cuando se cierre el presente ejercicio, ya que la marca automovilista Mercedes permaneció en el Ágora durante más de tres meses.
La cesión de la explotación de la marca también sufrió un revés significativo tras pasar de 5,6 a 2,3 millones de euros. Una rebaja muy por encima de la media del resto de apartados que componen la cifra de negocio de la sociedad pública.
Los malos resultados se completan con una bajada en más de un 50% de la venta de mercaderías (engloba todo tipo de artículos y merchandaising), que tras rozar en 2011 el millón de euros un año después se quedó en 453.000 euros. El canon que pagan los restaurantes y servicios de restauración fue menor y los ingresos por la utilización del aparcamiento también cayó en más de 120.000 euros respecto a 2011.
Esta es la radiografía de la última cuenta general de Cacsa que tendrá que intentar vender como buena el Consell de Fabra para atraer la atención de posibles inversores interesados en el proceso de externalización. Un proyecto de colaboración público-privada como un matrimonio a 15 años vista.
Los ajustes ejecutados y obligados por la crisis económica permitieron cerrar 2012 con unas pérdidas de 43 millones de euros. Un mal dato a simple vista pero mucho mejor que el del año anterior con 55 millones en números rojos. Las apreturas provocaron que Cacsa no pudiera acometer ninguna inversión de mejora en los edificios, que los aprovisionamientos se redujeran en más de la mitad y que se haya tenido que acometer un expediente de regulación de empleo que ha obligado a dejar el número de empleados en 264 frente a los 330 que había con nómina en 2011.
La Generalitat es la institución que soporta y corrige las pérdidas de una sociedad pública que sin la ayuda de su socio estaría en causa de disolución si fuera una empresa privada. Cacsa tiene préstamos a largo plazo por valor de más de 195 millones de euros, de los que 118 están garantizados por avales de la Generalitat y 53,3 por el Instituto Valenciano de Finanzas. Al cierre de 2012, el saldo pendiente era de 147 millones.
Este es el parte económico con el que el Consell tendrá que presentarse ante los futuros inversores en Cacsa, un complejo con el sello blanco de Santiago Calatrava, marcado por los sobrecostes, y donde el edificio más rentable es l'Oceanogràfic, el único edificio que no hizo el arquitecto sino Félix Candela.
Al margen de Cacsa como sociedad, está la gestión del Palau de Les Arts, que lleva una fundación. El Palau le debe a Cacsa 25 millones de euros que debe pagar en los próximos 15 años. La instalación, pese a los ajustes, cerró el ejercicio con 3,6 millones de euros en pérdidas (en 2011 fueron más de 7 millones en números rojos) y con unos fondos propios en negativo de 26 millones de euros.
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