Patricia Yurena Rodríguez, la más guapa

La que he liado!', escribió en su diario el día que la coronaron Miss España con solo 17 años. ¡Y la ha vuelto a liar! Patricia Yurena Rodríguez (Granadilla, Tenerife, 23 años cumplidos el 6 de marzo), ha vuelto a ser elegida la más guapa de España y hoy sábado se disputará con 126 candidatas el título de Miss Universo.

- El certamen se celebra en Moscú. Estará más preparada que aquella miss a la que un juez le preguntó sobre Rusia y quedó en evidencia, ¿no?

- He estado dos meses trabajando en Rusia, y me enamoré del Kremlin y de la Plaza Roja, me parecía estar viviendo un cuento de hadas. Los rusos me parecieron serios, inaccesibles. Seguros de sí mismos, pero fríos.

Y ella al frío no se acostumbra. Fue a lo que más le costó adaptarse los años que vivió en Madrid, al invierno. A eso y al metro. «En Tenerife solo tenemos un tranvía chiquitito, así que no me aclaraba con las líneas». La aventura madrileña, que aprovechó para estudiar interpretación y hasta se enroló en una compañía teatral, fue el premio de consolación, porque no pudo ir a Miss Universo al no haber cumplido la mayoría de edad cuando ganó el certamen de Miss España. Pero las normas del concurso no impiden presentarse más de una vez, así que seis años después de aquello y con tres kilos menos (cuando ganó con 17 años pesaba 59 y ahora está en 56) lo volvió a intentar. «Estoy mejor, tengo un cuerpo más armónico, más tonificado. Soy más mujer, con 17 años tienes la cara más rellenita. Por entonces me alimentaba muy mal».

Ahora podría escribir varios recetarios de menús saludables. Se levanta pronto, entre las siete y media y las ocho, y desayuna fruta, tostadas, tortitas de maíz con pavo, batidos («me encantan de papaya y naranja»)... Lo baja con hora y media de deporte que incluye natación, spinning, gimnasio... Todo menos dejarla sola con un balón. «De cría jugaba al voleibol y soy un peligro con una pelota en las manos o en los pies. Me sale el lado machorrilla y me hago unos morados en las piernas...».

Adiós al gofio

La comida la despacha con algo de pavo, pollo, pescado azul, arroz blanco y muchas ensaladas con atún. Y la cena, algo parecido pero «más ligero». «No puedo comer chocolate y helados pero en el momento marujeo del supermercado siempre los busco sin azúcar para poder comerme mi cuadradito diario. Intento moderarme, me sirve para quitar la ansiedad por el dulce». A lo que ha tenido que renunciar sí o sí es al gofio, trigo molido que se añade en su tierra a los caldos para engordarlos. «Le echas cebolla y mojo rojo y está buenísimo, pero tiene muchas calorías». También han desaparecido de su dieta las papas arrugadas canarias, el puchero con verduras cortadas en trozos grandes que hace su madre y la paella de su abuela. En el restaurante del abuelo, donde ella echaba una mano los veranos, se despachaba sobre todo pescado.

Con su 1,77 de estatura y 56 kilos de peso uno se hace una idea del figurín que es Patricia, a la que adornan también unas medidas casi perfectas: 86-62-92. «No tengo de más ni de menos», reivindica esta mujer «con curvas». «Lo que más me gusta de mi cuerpo son las piernas y lo que menos las caderitas. Cuando como de más se me va ahí. Al busto no, porque tengo poco». Suficiente, porque no la van a ver por el quirófano. «Temo a la cirugía, me siento a gusto como estoy».

- ¿Posaría para 'Interviú'?

- No lo haría... Hoy por hoy, no.

En lo que no tiene inconveniente es en pasearse en traje de baño ante el jurado de Miss Universo -hay un pase con pareo, otro con ropa de baño y otro con traje de gala-.

Trajes de baño tiene unos cuantos. Y vestidos muchos más. Porque antes del certamen las misses se han sometido a una intensa agenda de eventos durante veinte jornadas. «Cada día nos cambiábamos tres veces de modelo. Metí en la maleta muchos trajes largos en tonos claros y coloridos porque lucen mejor que los oscuros. También me encanta los que llevan pedrería». Para la velada de esta noche lucirá un diseño español -«hacemos moda muy elegante»-, encaramada a unos tacones como los que le gustan a ella. «Con 14 años me quité las rodilleras que usaba en el voleibol para subirme a unos tacones». Bien altos, que los calza de 14 ó 15 centímetros. «O eso, o zapato plano, no me gustan los tacones bajos».

- ¿Cuántos pares tiene?

- ¡Un armario lleno! Me encantan. Tendré entre cuarenta y cincuenta zapatos.

Zapatos de 15 centímetros

La altura de los zapatos, dice, le ayuda a completar el look «sexy pero elegante» con el que ella se siente más a gusto. «Lo sexy y lo vulgar solo lo separa una fina línea, hay que tener cuidado». Ella copia de tres referentes: «Mi modelo favorita es Gisele Bündchen porque nunca ha creado polémica y es muy versátil. Puede parecer una chica dulce o una mujer fatal. Pero mis ídolos han sido siempre Marilyn Monroe, que hablaba solo con la mirada, y Audrey Hepburn. He visto más de diez veces 'Desayuno con diamantes'».

Pase lo que pase hoy, Patricia confía en que Miss Universo le sirva «de trampolín» para hacerse una carrera como actriz, que es lo que realmente desea, ahora que tiene descartado ya ser profesora.